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LA LEGION 532

Prensa<< Alfonso Ussía ... La Mili fue una escuela de disciplina, educación, cortesía, cumplimiento y humildad. Nadie era más que otro y los otros eran dos mil. Nunca he ocultado que una de las grandes experiencias y satisfacciones de mi vida, hoy recordada con melancolía, fue mi Servicio Militar de quince meses de duración en Camposoto, Real Isla de León, San Fernando, Cádiz. Gracias a ellos, además de cumplir modestamente con España, conocí a los militares, ese grupo de españoles decentes, abnegados y patriotas que enseñaron a centenares de miles de jóvenes a sentir la decencia, elegir la abnegación y vivir con patriotismo. … El que suscribe hizo la Mili, sufrió la Mili, disfrutó de la Mili, fue igual que los demás, y tuvo el honor de alcanzar, mediante una meteórica carrera militar, el empleo de Cabo Primero. Y a mucha honra. Se cumple en este mes de junio, el septuagésimo quinto aniversario de la creación del empleo de Cabo Primero, el más inmediato a la tropa. Los cabos primeros de hoy nada tienen que ver con lo de ayer. En la actualidad son militares preparados concienzudamente, fundamentales como cabos mayores para el buen funcionamiento de las unidades. En mis tiempos, como ahora, el cabo primero era respetado si sabía respetar, obedecido si sabía obedecer, y cumplido si sabía cumplir. La función de un Cabo Primero en el campamento era la de actuar de enlace entre los reclutas y soldados con los suboficiales y oficiales. El cabo primero renunciaba a la cantina si tenía que ayudar a leer o escribir una carta a un recluta ágrafo. El Cabo Primero trasladaba a sus superiores los problemas personales de sus reclutas. El Cabo Primero defendía a los suyos sin límites, porque en una unidad militar sus reclutas y soldados eran su familia. El Cabo Primero también arrestaba y sancionaba, y era el que mejor conocía las capacidades, virtudes, defectos y temperamentos de sus inferiores. No tuve ningún problema, porque en el Servicio Militar el diálogo y la comprensión eran normas no escritas pero sagradas. Antes de la sanción, siempre la advertencia. Mi único problema, y escribiría de fracaso como Cabo Primero, fue mi incapacidad para que uno de mis reclutas, apellidado Mármol, aprendiera a memorizar la definición del distintivo de los brigadas: “Un galón dorado, con fondo rojo y en forma de sardineta”. Al fin me lo anunció: “Mi Primero, ya lo he aprendido. Me sale de dulce de membrillo”. –”Bravo Mármol, suéltalo”-; -“Pues eso, que un galón dorado con fondo rojo y en forma de anchoilla”-. Y la anchoilla venció para siempre a la pobre sardineta. Aquellas sonrisas compartidas del tiempo lejos, de las decenas de amigos separados con la licencia, de los superiores que tanto contribuyeron a formar buenos españoles, buenos ciudadanos, buenas personas. Mis oficiales a quienes tanto debo, quiero y admiro. Cumplen setenta y cinco años los cabos primeros. Los felicito de corazón porque también yo soy el felicitado. 11 28 de agosto de 2015 El Coronel D. Javier Soriano, Subdelegado de Defensa en Almería, nos lleva hasta el germen de la Brigada de La Legión en su página LA TRIBUNA. La base “Álvarez de Sotomayor” en Viator se inauguró en 1924 y fue el resultado del proyecto ideado por el General almeriense D. Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores como asentamiento privilegiado para unidades de refuerzo al Ejército del norte de África. Pero esta Base no adquirió realmente relevancia hasta 1975 cuando se concentró en ella la Brigada de Infantería de Reserva (BRIR) que fue la primera Brigada del Ejército en quedar reunida con todos sus medios en unas mismas instalaciones, convirtiéndose la Base de Viator en precursora del actual concepto de Base Militar. A partir de enero de 1985, la BRIR se transforma en Brigada de Infantería Motorizada XXIII (BRIMT XXIII) y se integra como 3ª Brigada de la División de Infantería Motorizada “Guzmán el Bueno”. El pasar de unidad independiente a una más dentro de una estructura divisionaria supuso un paso atrás en cuanto al protagonismo y prioridades de la Base de Viator. … La idoneidad de esta Base y Campo de Maniobras para constituir y adiestrar a estas Agrupaciones y el resultado obtenido por las mismas, sirvió para fundamentar la decisión que se tomó en 1995 de dotar al Mando de La Legión (antigua Subinspección) de una estructura de Brigada con todos los apoyos de combate necesarios y ubicarla en sus instalaciones. En junio de ese año, el Mando de La Legión se trasladó de Málaga a Viator, ocupando las instalaciones del Cuartel General de la BRIMT XXIII. En julio se produjo la integración en el Mando de La Legión de las Unidades de Apoyo procedentes de la BRIMT XXIII. 532 · III-2015 3 La Legión


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