Page 51

LA LEGION 532

Colaboraciones << Actividades << durante los dos días que permanecí allí. Me presenté al grupo de captación de legionarios que había en el campamento. No tenía dudas, mi intención era ser Caballero Legionario. Nos llevaron al cuartel de Sidi Buya. Una vez allí, esperamos unos días hasta que se alcanzó el número de trescientos reclutas voluntarios que realizaríamos el servicio militar en La Legión. Conformamos diferentes grupos: ochenta a Smara; otros tantos a Villa Cisneros; cien a Sidi Buya y veintidós iríamos al Grupo Ligero de Caballería del fuerte de Edchera, perteneciente al Tercer Tercio de La Legión. El sargento legionario D. Antonio Ramírez, nos recibió con los brazos abiertos, pasó toda la mañana con nosotros y nos mostró lo que iba a ser nuestro paso por aquel fuerte. Aprovechando que ejercía en la enfermería como practicante nos puso la primera vacuna. Todo era amabilidad por su parte y comenzó a inculcarnos el Espíritu Legionario. En la revista que aún conservo de La Legión de febrero de 1966, viene un artículo suyo titulado: "Querer es Poder". En él contaba su experiencia como sargento y aparecemos los veintidós reclutas en una fotografía. No olvidaré nunca aquellos buenos consejos. La misma tarde de aquel primer día todo cambió. Llegaron seis cabos con muchos años de servicio, alguno de ellos con más de dieciséis en el Cuerpo y se pusieron con nosotros manos a la obra. Los veintidós dormíamos en el mismo barracón con los cabos. La disciplina era tan estricta que para todo había que pedir permiso. La instrucción por parte de los cabos fue muy dura. El CETME era nuestro aliado para cualquier movimiento y su destreza obligatoria. No solo se trataba de tenerlo limpio, armarlo y desarmarlo sino que su manejo tenía que hacernos callo en la clavícula. Al tratarse de un grupo reducido, nuestra preparación fue muy completa, rozando la perfección a costa de grandes sacrificios, tantos que a veces la sangre corría hasta llegar al mismo ombligo. Jamás renegamos de aquellos sobreesfuerzos. Todo lo contrario, nos sentíamos orgullosos de pertenecer a La Legión. Nuestra preparación fue sonada en aquella época en los Tercios Saharianos. Dos días antes de la fecha de la Jura nos llevaron a Sidi Buya para unificar con el resto de compañeros la preparación. Juramos Bandera el día 19 de diciembre de 1965. Aquellos días los recuerdo como muy duros por la falta de preparación del acto por parte de los reclutas que allí nos encontramos. El lugar elegido para el acto fue la Playa del Batallón de Instrucción de Reclutas. Justo donde habíamos desembarcado dos meses antes. En el desfile recuerdo que pasamos los últimos ya que los oficiales de El Aaiún desconfiaban de nosotros, pero todo salió a la perfección. Durante la comida de aquel día en el cuartel de Sidi Buya, el teniente coronel nos dirigió unas palabras felicitándonos por la Jura de Bandera: Desde aquel momento, por Dios, por la Patria y habiendo besado la Bandera de España, pasábamos a ser CABALLEROS LEGIONARIOS. A pesar de haber transcurrido cincuenta años, todavía sigo haciendo mías sus palabras y me sigo identificando con ellas. A los pocos días me asignaron al primer escuadrón junto con tres reclutas más, haciendo el traslado en los días navideños en un convoy desde El Aaiún hasta Smara. A mi llegada me asignaron como conductor y tres meses después con el relevo de escuadrones, regrese a Edchera como conductor del teniente coronel, puesto en el que permanecí hasta mi licencia. Todos estos años he luchado con mi alcalde hasta conseguir que una plaza de Don Benito llevara el nombre de La Legión. Además, en la misma se instaló el pasado 28 de enero un emblema de La Legión en acero sobre una columna. 532· III-2015 49 La Legión


LA LEGION 532
To see the actual publication please follow the link above