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MEMORIAL ARTILLERIA JUN 2015

Historia 96 MEMORIAL ARTILLERíA, nº 171/1 - Junio de 2015 de perior a la que se encontra-ba entre éste y la tulipa. Esta particularidad, denominada “preponderancia de culata”, tenía efectos en las operacio-nes de puntería en elevación de las piezas, dado que las cuñas de puntería debían co-locarse forzosamente bajo la parte preponderante. Al con-trario, las piezas cortas como los morteros tenían el eje de muñones colocado a la altura de la recámara –o más bajo aún–, por lo que todo el peso de la pieza se cargaba en la parte del brocal, presentan-do “preponderancia de boca”. En este segundo cuerpo se situaban las asas, que favo-recían las maniobras para colocar la boca de fuego en su montaje con ayuda de unas cabrias o grúas elementales, también adornadas de forma caprichosa hasta que, entre 1530 y 1538, adoptaron en su gran mayoría forma de delfines. Por último, el tercer cuerpo o cuerpo delantero se llamaba caña, y terminaba en una faja de gran diámetro y forma variable denominada brocal o tulipa. A lo largo de los siglos XVI y XVII, la efectividad acre-ditada por la artillería en la Guerra de Granada (1482- 1492), impulsó la fabrica-ción de un gran número de piezas, encargadas por los monarcas reinantes. Las fundiciones de mayor pres-tigio, como la de Malinas o la de Augusta, estaban es-tablecidas en Flandes y en Alemania, y afamados maes-tros fundidores, de la talla de Loefler y Hallut, defendieron interesadamente la conve-niencia de tener en servicio infinidad de modelos por-que así, en cada contrata, ... se convirtieron en ele-gantes obras de arte, con abundantes ornamentos donde la preocupación por la estética, propia de cada época, primero del Renaci-miento, luego del Barroco y después del Neoclásico, se volcó muchas veces de forma exagerada, sobrecar-gando su superficie... las condiciones podían ser variadas a su favor. Otras fábricas como las españo-las de Málaga y Medina del Campo, o la italiana de Mi-lán –“nuestro establecimien-to central de artillería” –en palabras de José Almirante– obtuvieron un gran prestigio en su época. En los parques de artillería se acumularon un número inmenso de pie-zas de diversos calibres y longitudes. Incluso aquellas cuyas dimensiones eran si-milares, tenían diferentes espesores de metales en sus tubos. Sin embargo, la falta de una sistematización era una realidad palpable. La longitud de cada pieza, el espesor de sus metales, su calibre, su peso y hasta su denominación, eran estable-cidas por cada fundidor a su capricho. Cita Arantegui que, en la primera mitad del siglo XVI, solo como piezas de bronce, existían piezas de tanto por tanto, aligeradas o reforzadas; externamente re- dondas, ochavadas, salomó-nicas o helicoidales, cañones denominados serpentinos, coronas, águilas y pedreros; medios cañones pedreros, pelícanos, de Pizaño, y de Manrique; tercios de cañón o terceroles salvajes; berra-cos, culebrinas, medias cu-lebrinas, sacres, falconetes, basiliscos, versos, ribadoqui-nes, esmeriles, sacabuches y morteretes. Circunstancia que hacía muy difícil una clasificación sistemática y, lo que era más importan-te, la logística en el comba-te, pues tanto los montajes como los juegos de armas o las municiones eran diferen-tes para cada una de ellas. Salas5 diferenciaba cuatro grupos, basándose en su empleo principal en el com-bate: culebrinas, piezas me-nudas, cañones y morteros. De ellos, las piezas menudas y los morteros serían heren-cia de la antigua artillería de hierro forjado. Los otros dos, cañones y culebrinas, aunque herederos también de las antiguas piezas grue-sas, eran diferentes ante la imposibilidad de relacionar calibres y longitudes. Las culebrinas, típicas del siglo XVI, se caracterizaban por sus grandes calibres y lon-gitudes, y los cañones, más propios del siglo XVII, eran de menor longitud y mayor calibre. De todas ellas se tratará más detalladamente en el siguiente artículo. Una clasificación aceptable –no sin defectos– de estos ma-teriales, podría ser la del si-guiente cuadro6. (5) SALAS, op. cit (6) MEDINA ÁVILA, Carlos J. (2013). La ar-tillería, en RIBOT, Luis (coord.) Historia Militar de España. Edad Moderna. II. Es-cenario europeo, Ministerio de Defensa, Madrid. pp. 327-330.


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