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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 309 SEP 2014

fuerzas armadas Presente y futuro de la información geográfica Tcol. José Luis Sánchez Tello LA generación de información geográfica en el ámbito de las Fuerzas Armadas ha ampliado su cobertura en los últimos años, de forma que, a la tradicional cartografía de territorio nacional en distintas escalas, se ha añadido la correspondiente a zonas de operaciones y otras zonas de interés para la Defensa. Dada la importancia que tiene el apoyo a las unidades desplegadas en el exterior, la cartografía de territorio nacional está perdiendo peso específico en los planes de trabajo anuales con respecto a la de zona de operaciones, con la excepción de la cartografía de los Centros de Adiestramiento y Campos de Maniobras y Tiro. Además, cada vez más organismos públicos producen información geográfica nacional en distintos formatos y escalas: Instituto Geográfico Nacional, Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales, etcétera, ofreciendo su libre descarga en Internet a través de las Infraestructuras de Datos Espaciales. Actualmente, la cartografía de zona de operaciones se produce a través de convenios con otras naciones participantes en esas operaciones, mediante intercambio y/o coproducción. Para ello se emplean, siempre que es posible, datos que siguen los estándares definidos en el ámbito del proyecto MGCP (siglas en inglés de Programa Multinacional de Coproducción Geoespacial), en el que España ha participado como nación líder, gracias a lo cual tiene acceso a la base de datos. Ejemplo de producción es la cartografía escala 1:50.000 de la provincia de Bagdhis (Afganistán) coproducida con Italia. Los datos MGCP se emplean también en la generación de cartografía de otras zonas de interés para la defensa. La obtención de esta información ha cambiado radicalmente a lo largo de la última década, gracias al desarrollo de las técnicas geoespaciales y del software de explotación. Las nuevas tecnologías permiten actualizar las bases de datos geográficos sobre el terreno. Las imágenes obtenidas por los sensores satelitales han ganado en precisión y rapidez de obtención, permitiendo suplir a los montados sobre aviones, a pesar de encontrarse aquellos a muchos kilómetros de la superficie. En esta línea, se están desarrollando de forma muy importante los sensores denominados SAR (radar de apertura sintética) y LIDAR (medición y detección mediante luz, láser), que permiten, por ejemplo, la obtención de imágenes a través de cobertura nubosa los primeros o la medición con gran detalle de la forma del terreno los segundos. Los datos obtenidos mediante tecnología SAR nos permitirán completar la cobertura de imágenes satélite de buena parte de la superficie terrestre que tiene cobertura nubosa permanente. Los datos LIDAR ya se están empleando a nivel nacional, siendo libre su distribución. En los últimos años han aparecido también los drones adaptados para empleo cartográfico, capaces de obtener imágenes de una excepcional resolución espacial, prácticamente en tiempo real, con un tiempo de procesamiento de datos mínimo y con unos costes de operación muy interesantes. Los productos generados en el Centro Geográfico del Ejército están también sufriendo una evolución, adaptándose a los requerimientos de los usuarios finales. Está ganando terreno el producto digital, en sus distintas versiones ráster, vectorial o matricial, frente al papel. Esto no supone que se cambie el producto final, sino que se amplía el abanico de ellos, puesto que el mapa topográfico tradicional ha de seguir generándose independientemente de que pueda ser demandado en papel o como fichero digital (tiff, pdf, fre, etcétera). Al mismo tiempo, es también necesario ofrecer nuevos productos, como por ejemplo los datos vectoriales originales, a partir de los cuales se obtienen los mapas de distintas escalas, pero dispuestos para su explotación en un sistema de información geográfica; o mapas, en soporte papel o digital, sobre la base de la ortofotografía de una zona del terreno; modelos matriciales de altura... Esta evolución hacia el futuro supone un reto constante para el Centro, que exige y exigirá una constante inversión en la formación de su personal y en la adquisición de las nuevas tecnologías que le permitan estar al día. Todo ello, con el fin de ser capaces de servir los distintos productos demandados en el menor tiempo posible y de las zonas de donde nuestras unidades los necesiten. Claro exponente de esta rapidez de respuesta y proyectabilidad es la Unidad Geográfica del Ejército de Tierra, de composición modular, capaz de ser proyectada con diferentes configuraciones, en un tiempo mínimo, a cualquier zona de operaciones. Además, se deberá continuar participando en los diversos foros militares internacionales para garantizar la estandarización, la interoperabilidad y el intercambio de información geográfica, facilitando así su adquisición. En esta línea, también será necesario participar en los nuevos proyectos de obtención de imágenes satélite nacionales e internacionales. 48 Revista Española de Defensa Septiembre 2014


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