Page 48

REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 314 FEB 2015

reportaje mación en montaña. «En tres meses podemos preparar a una persona para que eche una mano en espeleosocorro. Lo que cuesta más es formar a un especialista en rescates en montaña invernal — explica el brigada Medina—. Se necesitan años. Por eso, cuando alguien entra en la sección, es mejor que venga con instrucción en este ámbito, así se acelera su integración». Además, el material utilizado en montaña y bajo tierra es similar. «Intentamos que las técnicas se parezcan cada vez más —puntualiza— y utilizar dos cosas básicas que sirvan para todo». La capacidad de espeleosocorro se puso en marcha en la UME en 2007 a raíz de una petición del Gobierno de Cantabria, una zona con muchas cuevas y donde se practica habitualmente la espeleología. «Nos pidieron ayuda y se ofrecieron a formarnos», explica Vilariño. Los primeros cursos los recibieron de expertos civiles. Ahora son los propios miembros de la UME los que los imparten —todos los que entran en la sección reciben un curso de rescatador terrestre—. «Pero salimos fuera para recibir formación superior. Nos seguimos reciclando », añade Vilariño. La UME colabora habitualmente con los grupos de socorro de la Federación española, con bomberos, Guardia Civil, Ertzaintza, Cruz Roja, el 112 y la policía local. «Tan importantes son los que entran en las cuevas como los que están fuera dando apoyo logístico», explica Vilariño. De hecho, la sección ha llegado a trabajar con 180 personas en cueva y 300 en el exterior. El ejercicio con más efectivos, 285, tuvo lugar en las cuevas de El Soplao (Cantabria). Pero su mayor desafío se acometió en la Sierra de las Nieves en Ronda (Málaga). «El Sima GENS es el ejercicio de rescate a mayor profundidad realizado en España —añade—. Sacamos a una víctima desde 500 metros de profundidad ». También colaboraron con el equipo multinacional Cavex Team en la expedición internacional de la Sima BU56 (Na), hasta hace pocos años, la cueva más profunda con entrada única. AL AIRE LIBRE Antes de entrar en una cueva, donde todos tienen que ser autónomos, los miembros de la sección de espeleosocorro de León se entrenan en la presa de Barrios de Luna. Allí realizan las maniobras que, Con la élite mundial EQUIPOS de espeleosocorro de la UME participaron el pasado año en el proyecto internacional Karst Global Exploration 2014 cuyo objetivo era estudiar en profundidad tres cavidades del Pirineo navarro: la BU56, Kietud y A60. Los militares, pertenecientes a los BIEM IV y V de Zaragoza y León respectivamente, trabajaron fundamentalmente en la primera de ellas, considerada por su longitud y profundidad una cavidad técnicamente dura y compleja al estar formada por paredes verticales, estrecheces severas, zonas acuáticas y unas condiciones ambientales de 7 grados de temperatura media y 100 La UME participó en el proyecto internacional Karst Global Exploration por 100 de humedad. Todo ello condicionado a las posibles crecidas de caudal con dos puntos críticos en cotas de -200 y -1.040 metros. Uno de los propósitos de la expedición era proseguir los pasos del búlgaro Alexandar Mihov Andreev que en 1986 y 1987 dejó la cota de esta sima en -1.408 metros. Este record fue superado por el buceador británico Tony Seddon y ahora, la cueva BU-56 es 40 metros más profunda y 214 más la larga quedando la punta de exploración a la cota -1.448 metros. La UME trabajó durante tres semanas con espeleólogos de élite mundial. Su participación se centró en trasladar a punta de exploración el equipo de buceo técnico para garantizar las inmersiones. También montaron el primero de los tres vivac subterráneos instalados a -500, -800 y -1.300 metros, reabastecieron a los otros dos y se hicieron cargo de la reinstalación y sustitución de las cuerdas deterioradas. Durante la primera semana de exploración en la sima Kietud, cinco espeleólogos españoles junto con el brigada Vilariño entraron para acabar la instalación técnica y montar el vivac. Cuando iniciaban el proceso de salida, uno de los componentes quedó atrapado en una estrechez a 260 metros de profundidad. Tras liberarlo y asentarlo en un lugar seguro, Vilariño se quedó a su cuidado mientras el resto del grupo ascendió al exterior para dar aviso de la emergencia. A partir de ese momento, se estableció un grupo de rescate formado por miembros del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, la UME y espeleólogos madrileños y se avisó al 112. Finalmente, el herido, que no sufría ninguna lesión de importancia aunque sí un fuerte golpe, pudo salir de la sima por su propio pie. Sgto. 1º Gonzalo Diego Bielsa UME 48 Revista Española de Defensa Febrero 2015


REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 314 FEB 2015
To see the actual publication please follow the link above