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REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2014

de participar en operaciones de paz y promueve programas de empresa y apoyo en el pleno reconocimiento de las responsabilidades nacionales en todas estas áreas formativas y operativas. En los próximos años la figura del reservista voluntario tendrá que hacer frente a unos retos que sin duda podrá superar con éxito. En España, la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional es el inicio de nuestra Reserva Militar Voluntaria, y analiza el posible escenario real ante un conflicto. Esta ley hace referencia al escenario estratégico, la eficacia de las Fuerzas Armadas, nuestras misiones, la incorporación de los ciudadanos a la Defensa y la promoción de su cultura. Las últimas décadas nos retratan un escenario estratégico que hace desaparecer la política de bloques que protagonizó la Guerra Fría y donde emerge la globalización y un nuevo marco en las relaciones internacionales. Junto a las amenazas y riesgos tradicionales para la paz, la estabilidad y la seguridad, han surgido otros como el terrorismo transnacional con disposición y capacidad de infligir daño indiscriminadamente. Para incrementar la eficacia de las FAS, se ha concretado su organización con criterios que posibilitan la acción conjunta de los Ejércitos y la Armada. Las FAS se consideran como una entidad única e integradora de las distintas formas de acción de sus componentes, y posibilitan el empleo óptimo de sus capacidades, sin que aquellos vean mermada su especificidad. La suspensión del Servicio Militar Obligatorio necesitaba que se proveyese con mayor relevancia el derecho y el deber que los españoles tienen de defender a España, según lo establecido en el artículo 30 de la Constitución. Para esto se refuerza y actualiza la posibilidad de incorporación de los ciudadanos, como reservistas, a las FAS. Estas contribuyen militarmente a la seguridad y defensa de España y de sus aliados en el marco de las organizaciones internacionales de las que formamos parte, así como al mantenimiento de la paz, la estabilidad y la ayuda humanitaria. Junto con las instituciones del Estado y las administraciones públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades. La incorporación adicional de ciudadanos a la Defensa se apoya en el principio de contribución gradual y proporcionada a la situación de amenaza que sea necesaria afrontar, y será necesaria cuando los reducidos efectivos profesionales de las FAS no sean suficientes. El Ministerio de Defensa debe promover el desarrollo de la cultura de Defensa con la finalidad de que la sociedad española conozca, valore y se identifique con su historia y con el esfuerzo solidario y efectivo mediante el que las FAS salvaguardan los intereses nacionales. Afrontamos amenazas y riesgos transversales, interconectados y transnacionales. Preservar la seguridad requiere coordinación, tanto internacional como interna, y la contribución de la sociedad en su conjunto. TEMAS GENERALES 2014 419


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