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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 895 OCT 2015

CONCLUSIONES A lo largo de sus cerca de cien años de historia, las fuerzas acorazadas han sido en muchas ocasiones cuestionadas por su alto coste de mantenimiento y complejidad de proyección, así como, en diversos momentos, por considerarse que no se acomodaban a la concepción de cierto tipo de conflictos y operaciones. Sin embargo, la realidad ha puesto siempre de manifiesto la necesidad de contar con este tipo de fuerzas, por su gran potencia y capacidad de disuasión, sobre todo en el ámbito del combate convencional. En la actualidad, las fuerzas acorazadas siguen en dotación en las fuerzas armadas de la mayor parte de los países del mundo, independientemente de su idiosincrasia, régimen político o amenazas a las que se enfrenten y mantienen su capacidad de disuasión y su condición de elemento resolutivo en el combate terrestre. zSi bien es cierto lo costoso de su mantenimiento y despliegue, no lo es menos que una vez sobre el terreno la autonomía de los medios blindados, su velocidad, la capacidad de carga de municiones, la potencia de su armamento y alcance de sus sistemas de observación, a lo que se suma el espíritu de iniciativa y actuación 44  REVISTA EJÉRCITO • N. 895 OCTUBRE • 2015 autónoma de sus tripulaciones, les proporcionan una posibilidad de empleo en grandes radios de acción y les dota de una capacidad importante para el control de zonas y la denegación de estas al enemigo. En el escenario terrestre futuro se ha puesto de manifiesto la necesidad de hacer frente a una amplia gama de operaciones, que van desde el combate insurgente al convencional y se observa, además, el auge del denominado combate híbrido, como una combinación de los anteriores. Un tipo de enfrentamiento que se desarrolla en un ambiente de gran incertidumbre y volatilidad, donde no es infrecuente verse obligado a evolucionar de forma inmediata de un tipo de combate a otro. La polivalencia y versatilidad derivada de la combinación del carro de combate y el vehículo de combate de infantería les dota de una capacidad particular para actuar en este tipo de escenarios. Por otra parte, no todas las unidades poseen la cualificación específica necesaria para combatir con los procedimientos propios de las fuerzas acorazadas, pero sus tripulaciones y fuerzas embarcadas sí pueden hacerlo a pie, renunciando a la protección de sus blindados y con las tácticas, técnicas y procedimientos de la infantería tradicional, según las circunstancias impuestas por el tipo de acción que se lleve a cabo. Es por tanto el hombre el elemento fundamental en las unidades acorazadas. Destacan en él su valor, capacidad de sacrificio, lealtad como componente de un equipo que lo vincula al resto de su tripulación y a su vehículo, su preparación técnica y Medios acorazados sobre el terreno resistencia física.


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 895 OCT 2015
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