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120 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 2 / 2013 tiempo no muy largo, deberá producirse el ajuste que predice la teoría intertemporal respecto a los déficits por cuenta corriente. El segundo elemento está vinculado a la relación comercial y financiera entre China y los Estados Unidos. Los superávits de Balanza por Cuenta Corriente del primero son controlados por el gobierno de beijing, que dirige los flujos de inversión derivados. Una de las inversiones predilectas en este contexto son los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Por ejemplo, a mediados de 2012 había casi 1,2 billones de dólares de bonos en manos de China y el país era el segundo mayor tenedor de deuda norteamericana, sólo por detrás de la Reserva Federal. Dado que los bonos sirven para financiar el déficit presupuestario de Estados Unidos, están en la base de una de las debilidades fundamentales del país. A pesar de los acuerdos entre el presidente Obama y el Congreso y Senado para reducir el déficit público, sus cifras siguen siendo muy altas, de manera que el Tesoro Federal necesita seguir colocando grandes cantidades de bonos en los mercados internacionales. Es evidente que el gobierno chino invierte en los bonos por su buena combinación de rentabilidad y riesgo; pero también lo es que, de forma parcial, puede poner en riesgo la financiación del Gobierno Federal y sus gastos, incluyendo los militares que como veremos constituyen una parte sustancial del presupuesto. Este es el segundo riesgo que se desprende del Déficit por Cuenta Corriente para sus macromagnitudes y por ende su potencial militar a medio y largo plazo. Por tanto puede afirmarse que el durante tantos años signo negativo de la Balanza por Cuenta Corriente de Estados Unidos, y el positivo que presenta la china –que tienen una estrecha relación- son un factor de inestabilidad en el escenario económico, y geoestratégico, mundial. Que esa inestabilidad se mantenga latente o se haga efectiva dependerá de una serie de factores que pasamos a analizar. 4. El futuro de la economía China y su efecto sobre los gastos militares del país y de los Estados Unidos y el balance de poder. 4.1. El cambio del modelo de crecimiento. Hay un consenso general entre los expertos en que China necesita un cambio de rumbo económico que abarca la solución de varios desequilibrios, como el porcentaje que supone la inversión sobre la demanda agregada, demasiado elevado, mientras que el consumo privado es bastante reducido, y un sector servicios que es todavía embrionario, represión financiera etc. El crecimiento de la economía china desde que despegó a mediados de los años 80 del siglo pasado ha estado basado en el masivo traslado de trabajadores del campo a las industrias de las ciudades, los bajos costes salariales -y por tanto de producción- y la acumulación de factores, tanto capital como mano de obra,


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