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127 Ángel Rodríguez García-Brazales, Jorge Turmo Arnal y Óscar Vara Crespo El efecto de los desequilibrios económicos globales en la estrategia militar de los EEUU y China contrario, no podrá financiarlo en el medio plazo. Por tanto, ya sea porque reduzca sus gastos para combatir el déficit, ya porque carezca de financiación para poder hacerlo, la perspectiva de reducción de gasto público -y por tanto de gasto militar- es ineluctable. 5. Conclusiones A lo largo de este artículo, hemos mostrado que la relación de fuerzas entre Estados Unidos y China va a cambiar. Y, por tanto, también la estrategia militar norteamericana. Ese cambio se va a producir como consecuencia de la reducción del gap tecnológico-económico entre ambas potencias, en buena medida provocado por el ajuste de los desequilibrios globales. Esto implica que, en el corto plazo, la financiación del déficit por cuenta corriente de los Estados Unidos dejará de ser tan barata como lo es actualmente en un futuro próximo. Mayores tipos de interés implicarán dedicar una cantidad creciente de recursos públicos y privados a atender su pago. Pero además China, su principal prestamista, va a disponer de menos recursos para prestar, o va a mostrar menos voluntad de seguir financiando a los Estados Unidos. Esa reducción de los fondos disponibles es consecuencia del cambio de modelo de crecimiento en China. Esta potencia se enfrenta en el próximo futuro a estrangulamientos que tienen que ver con el modelo de crecimiento que ha seguido hasta el presente. Las autoridades chinas son perfectamente conscientes de lo que ocurre, y han decidido hacer todos los esfuerzos posibles para modificar ese modelo, de manera que dependa menos de las exportaciones al resto del mundo de bienes de poco valor añadido a precios bajos. En su lugar, quieren incentivar la demanda interna de los propios chinos de esos mismos bienes, y de otros de mayor calidad y valor añadido. Al hacerlo, reducirán el saldo positivo de su Balanza por Cuenta Corriente y, en consecuencia, lo mismo ocurrirá con la cuantía de fondos disponibles para financiar a otros países, en particular a los Estados Unidos. Los efectos de ese doble proceso sobre las Fuerzas Armadas de los dos países son claros. En Estados Unidos, los recursos del presupuesto disponibles para las Fuerzas Armadas o se reducirán o no podrán incrementarse en la cuantía necesaria para mantener los ambiciosos objetivos planteados para la región de Asia-Pacífico. Al menos, no sin desatender los compromisos que tienen en otros lugares del mundo. En China las Fuerzas Armadas, como consecuencia de la mejora general de la productividad de su economía, mejorarán su nivel tecnológico y posiblemente reducirán sus efectivos, de manera que podrán alcanzar con más facilidad los objetivos estratégicos que hemos explicado en la segunda parte con más facilidad. El actual balance de fuerzas cambiará por consiguiente a favor de China. Nuestro análisis pone de relieve, además, la importancia de prestar atención y seguir atentamente las variables macroeconómicas de cada país para explicar por dónde


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