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REVISTA IEEE 2

145 Cesáreo Gutiérrez Espada y María José Cervell Hortal Sistemas de armas autónomas, drones y derecho internacional Los muertos ocasionados por los misiles de los drones entre 2009 y 2011 oscilan entre los 1.324 y 2.348 según las fuentes; con el Presidente Bush, entre 2004 y 2008, hubo entre 377 y 544 muertos. No es extraño entonces que el analista estadounidense Peter Bergen haya manifestado que los drones son “el arma elegida por Obama” para la lucha contraterrorista. De hecho, como veremos en el apartado siguiente, el Presidente ha defendido su elección y afirmado su continuación hasta la destrucción de Al Qaeda y sus fuerzas asociadas en todos los lugares en los que estos se hallen (Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia…). Ya en 2011, la Estrategia Nacional Antiterrorista, aprobada por Obama el 28 de junio, identificaba como objetivo central del esfuerzo de los Estados Unidos a la organización Al Qaeda, calificando de “guerra” su lucha contra la misma y contando entre sus principios básicos la decisión de perseguirla en esa lucha allí donde esté, así como eliminar los “santuarios” en los que la organización se entrene y planifique sus acciones; en esa lucha, Estados Unidos empleará “en una campaña amplia, sostenida e integrada (…) todas las herramientas del poder americano (militar, civil y el poder de nuestros valores (…)”47. Entre ellas, los drones gozan de una posición privilegiada. El 21 de noviembre de 2012, se aprobaba la Directiva 3000.00948 para, como reza su punto 1, establecer “la política del Departamento de Estado y asignar responsabilidades para el desarrollo de las funciones autónomas y semiautónomas en los sistemas de armamento” (punto a) y “establecer parámetros para minimizar la probabilidad y consecuencias de los fallos” en estos sistemas (punto b). Sin embargo, la Directiva no es restrictiva en su cometido; al contrario, parece estar destinada a favorecer el uso de estas armas, siendo la única referencia a la imposición de límites a su empleo la del apartado 4.b, según la cual quien autorice el uso de estos sistemas debe hacerlo “con el cuidado adecuado y de acuerdo con el derecho de la guerra y los tratados aplicables…”. En general, el documento enfatiza, en general, la necesidad de mantener niveles adecuados de control humano sobre este armamento, pero nada en el texto demuestra intención alguna de abandonarlo49. Desde que, tras los atentados del 11S, el Congreso declarara estar en guerra contra por decirlo de otro modo, la frecuencia de empleo ha pasado de lanzar un drone cada cuarenta días con George W. Bush a hacerlo cada cuatro con B. Obama (The strategic effects of a lethal drone policy, American Security Project, http://americansecurityproject.org/issues/asymmetric-operations/ the-strategic-effects-of-a-lethal-drones-policy/). 47  National Strategy for Counterterrorism, The White House, june 2011, pp. 1-19, pp. 2, 8-9, 19 (www.whitehouse.gov, consulta del 2 de septiembre de 2013). 48  Ya citada (supra nota 2) (disponible en http://www.dtic.mil/whs/directives/corres/pdf/300009p. pdf ) 49  Sobre la Directiva, véase “Review of the 2012 US Policy on autonomy in weapons systems”, Human Rights Watch and Harvard Law School of International Human Rights Clinic, April 2013, http://www.hrw.org/sites/default/files/related_material/2013_arms_killerrobotsdodmemo.pdf


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