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17 Carlos Setas Las relaciones entre Afganistán y Paquistán y las negociaciones de paz con los talibanes afganos. con respecto a Afganistán hasta hoy día. Sin embargo, su origen o justificación no está en Afganistán, sino en la obsesión de Pakistán con su vecino indio. Tras la pérdida del ala oriental del país, hoy Bangladesh, tras una cruenta guerra civil en 197110, el Ejército pakistaní hubo de replantearse su posición con respecto a su gigantesco vecino. Reducido al ala occidental, los generales pakistaníes consideraban su país como una estrecha franja siguiendo las llanuras del río Indo, que podía ser cortada en dos por un ataque en profundidad de las fuerzas acorazadas indias. Plantearon que, dado ese caso, Afganistán podía constituir un área de retirada y reagrupamiento de las fuerzas pakistaníes desde la que lanzarse al contraataque. Independientemente del mérito estratégico de este planteamiento, esto requería de un Gobierno afgano amistoso que permitiera la violación de su territorio en caso de una nueva guerra entre India y Pakistán. Cuando menos, los militares pakistaníes aspiraban a una frontera afgana que no constituyera una fuente de preocupación en caso de conflicto con India.11 Esta concepción puramente militar de la “profundidad estratégica” daría paso, a lo largo de los años ochenta y noventa, a una evolución en términos más civiles. A finales de los años ochenta, el Ejército pakistaní, preocupado por la creciente disparidad económica con India y sus posibles consecuencias en términos de capacidades militares, halló una forma de lucha no convencional para reducir esta desventaja. El éxito de la yihad llevada a cabo por los muyahidines afganos contra las tropas soviéticas en Afganistán, junto con una oportuna revuelta popular en el valle de Cachemira, en 1987, contra el Gobierno indio, llevó a los militares pakistaníes a pensar en usar los mismos métodos contra India. El plan, que se pondría en marcha a partir de 1988-89, consistía en la infiltración de muyahidines de origen cachemir, veteranos de la yihad afgana, en la Cachemira india, proporcionando apoyo a su vez a los grupos insurgentes locales que empezaban a surgir en esas fechas. El objetivo era hacer ingobernable el estado indio de Jammu y Cachemira, además de atraer el mayor número posible de fuerzas indias a esta región, atándolas en el combate de una insurgencia local y reduciendo por tanto su disponi-bilidad en caso de conflicto. Para poder negar con cierta credibilidad la implicación pakistaní en la insurgencia, buena parte de los campos de entrenamiento de los yihadistas se establecerían en Afganistán. Esto requería de un Gobierno afgano colaborador o, como sería el caso inicialmente, incapaz. La necesidad de un régimen amistoso en Kabul, contemplada en la “profundidad 10  En las postrimerías del conflicto, la intervención directa del Ejército indio inclinó la balanza decisivamente a favor de los secesionistas. 11  KRONSTADT, K. Alan, KATZMAN, Kennet, “Islamist militancy in the Pakistan-Afghanistan border region and U.S. policy”, Congressional Research Service, CRS Report for Congress RL34763, noviembre de 2008, p.8.


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