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LA LEGION 521

Actividades << 27 Cercados y aislados, el hambre y el frío ponían a prueba la resistencia de aquellos infantes españoles. Haciendo un hoyo para protegerse del viento, un soldado encontró una tabla pintada de Nuestra Señora. Un anónimo, mas tarde escribiría: Cavaba para tumba la trinchera Más que para salvarse en la tierra inerte Fue un soldado del tercio, cuando era Ofi cio de españoles ver la muerte, Tras acogerse la tropa española en su fe a la imagen, esa misma noche, una gran tormenta de frio congeló la superfi cie de las aguas permitiendo a los infantes, a la infantería española, salir de su asedio caminando por encima del hielo y sorprender a la entonces inmovilizada escuadra holandesa. Y escribía: En la noche de Holanda, oscura y fría. No hubo novedad, de madrugada Se heló la mar, y sobre el agua helada Triunfó una vez más la Infantería.” Tras la victoria, allí mismo se proclamó a la Inmaculada patrona de los Tercios de Flandes y posteriormente de la infantería. Este es el hecho que hoy celebramos. Y fue el Gran Capitán, el creador riormente de aquellos tercios quien les inculcó una estricta formación moral, adiestrando a sus hombres en una disciplina rigurosa mediante la cual cada uno cumplía con su tarea cualesquiera que fueran las circunstancias, creando en ellos el sentimiento de dignidad personal y el orgullo de unidad. Estableció un “código del soldado” que en muchos aspectos sigue vigente en la actualidad en estos tercios legionarios. Un código basado en esa dignidad personal, en la austeridad y el sentido del honor. Hizo de la infantería española una máquina formidable que dominó los campos de batalla europeos de una larga época. También la Legión Extranjera francesa tiene su “código de honor legionario” como referencia permanente: un código tanto para la vida común como para el combate, que hace del legionario francés un digno heredero de sus antiguos. De nuevo en España, nuestro fundador tomo como referencia a aquellos tercios Viejos y a la Legión Extranjera para la organización de las nuevas unidades, pero buscó también en el lejano oriente inspiración para el alma de La Legión. Y así apoyo el Credo de La Legión en el Bushido, código de samuráis, de los mejores guerreros. Y si fue a partir de un código moral que el Gran Capitán transformo al lacayo en soldado y al peón en señor, siglos después, sería el Credo Legionario el que convirtió al idealista, al aventurero o al desarraigado en caballero. Consiguiendo en unos meses el milagro de moralizar, hermanar y embravecer a hombres rudos y no siempre cándidos, y crear la unidad más cohesionada y operativa, valerosa y temida que ha tenido contemporáneamente el ejército español. Nos dio este credo, el Credo Legionario, con sus espíritus de Unión y Socorro, de Sufrimiento y Dureza, de Disciplina, hasta doce, como un sistema combinado de creencias, valores y criterios morales. Un credo que debe ser visto siempre y por encima de todo, como un compendio de virtudes guerreras, para guerreros. Porque La Legión no se creó para la imagen, La Legión no se creó para el cuartel, La Legión se creó para combatir y su único objetivo es la victoria. Mucho tiempo ha pasado. Forma parte de La Legión el recuerdo del personal que hubo. Formamos parte de La Legión los que hoy estamos en sus fi las. Forman parte de La Legión y cuidaremos, nuestras tradiciones y nuestra historia, pero lo que debemos cuidar por encima de todo es este Credo. Legionarios, sin los valores que en él se recogen y que subliman vuestra preparación, desaparecería nuestra personalidad. Por eso, no solamente tenemos que ser capaces saberlo, no solamente tenemos que ser capaces de vivirlo sino que tenemos que ser los idóneos para explicarlo y trasmitirlo, porque no habría llegado hasta aquí La Legión sin él y ningún otro código en la tierra debe sujetar vuestra conducta en caso de combate. Seguimos teniendo muchos retos, como siempre os he dicho debemos mantener nuestra operatividad y disponibilidad para continuar siendo un elemento útil al servicio de España y de los españoles en manos de nuestro gobierno. Y, al igual que este año lo hemos hecho llevando la excelencia en el cumplimiento de la misión a las lejanas tierras de Afganistán, sé que con gente tan entregada como vosotros lo conseguiremos. Gente tan entregada como los que hoy nos faltan, el caballero legionario Peche, el subofi cial mayor Graña o más recientemente el brigada de artillería D. Juan José Maldonado Méndez, fallecido en el cumplimiento de su deber en el Campo de Tiro y Maniobras, a los que hoy, en el acto a nuestros muertos que dieron su vida por España, rendiremos un sentido homenaje. Brigada de La Legión “Rey Alfonso XIII”


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