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LA LEGION 531

>> Reportaje Central mos asado sin pan, sal, ni nada más. Lo peor es que ahora tendremos que repartir su carga. Lo que bebimos no es para contar”. Así pasará los cuatro siguientes meses, tomando parte en innumerables combates que entonces se sucedieron, hasta el 19 de noviembre siguiente. Durante la retirada de Xeruta al Zoco el Arbba, encontraría gloriosa muerte y ganaría su segunda Laureada y la Medalla Militar Individual. En España, por la aguda sensibilidad popular de aquellos años sobre el desgaste del Ejército, provocada tres años antes por el desastre de Annual, se había instalado entre los españoles toda una gama de sentimientos desde la vergüenza a la venganza. En el seno del ejército, las trifulcas entre los partidarios de la retirada y los del control del territorio, Arriba. Fotografía dedicada al teniente habían llevado al General Primo de Rivera a todos los españoles”. adoptar una decisión de compromiso intermedia ordenándose una retirada de Xauen, que no acabó en otra hecatombe semejante a la de Annual, gracias a los escalones sucesivos que contuvieron el repliegue; en uno de los cuales, Xeruta, murió Arredondo, cuando mandaba la primera Bandera de La Legión. El 19 de noviembre de 1924, apenas iniciado el movimiento bajo un violento temporal de agua y viento, la columna de la que formaba parte la unidad de Arredondo, fue atacada con gran intensidad por numerosos enemigos de las Kabilas de Xeruta y Xauen. Muerto el general Serrano y ocupados por los moros puestos de protección prematuramente abandonados, la columna en cuyos últimos escalones iba Arredondo, tuvo que continuar su marcha en condiciones muy desfavorables. Viendo que el ataque del enemigo arreciaba, el Capitán Arredondo, que mandaba la Bandera, cede el mando de ésta y toma el mando directo de la que fue su primera compañía. Cuentan las crónicas: “(...) el Capitán Arredondo al mando de la primera compañía, ocupa posiciones ventajosas para facilitar la retirada, conteniendo briosamente al enemigo hasta ver a salvo a todas las fuerzas de la Sexta Bandera de La Legión y del Grupo de Regulares de Ceuta. Al empezar el repliegue, Arredondo es herido en el pecho y, comprendiendo la crítica situación de las fuerzas en retirada, permanece en su puesto batiendo al enemigo y VDFUL¿FiQGRVHSRUODVHJXULGDG del resto de la columna. Cer- FDGD VX FRPSDxtD GH¿HQGHQ todos caras sus vidas, hasta que la superioridad del enemigo acaba con ellos, muriendo el FDSLWiQ GH XQ VHJXQGR EDODR ORV R¿FLDOHV \ los legionarios con espíritu espartano, en cumplimiento de su deber y del Espíritu de Compañerismo del Credo Legionario: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos”. En aquel momento, el capitán Arredondo tenía 34 años de edad y, dada la gravedad de la situación, su cuerpo, nunca se recuperaría. “Escribiré una oración militar, dejó dicho el general Millán-Astray, la oración de los héroes, y en ella y en lugar preferente irá el nombre del capitán Don Pablo Arredondo Acuña, para que la reciten y sirva de ejemplo a los Ejércitos y a coronel Millán Astray por los capitanes D. Luis Vacázar Crespo ( 2ª Cía I Bra.); D. Pablo Arredondo Acuña (1ª Cía I Bra.) y D. Joaquin Ortiz de Zárate (8ª Cía III Bra.). 34 531 · II-2015


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