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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 870 OCT 2013

Características multitudes en las peregrinaciones a La Meca también los más demagogos. El resto de aquellos con los que compartimos la identidad exaltada, pero que no coincidan con «nuestra visión» serán alienados por timoratos o traidores. De todas las identidades posibles, en los diferentes momentos de la Historia, a algunas se les ha dotado de un plus de legitimidad para impulsar movimientos unificadores. Si en el pasado se usó la raza, la religión o el nivel económico como causa legitimadora para desarrollar procesos de agrupación y exaltación propia, hoy parece que «la cultura» es el aspecto identitario por excelencia para suscitar adhesiones y justificar políticas. Y a la vez ha servido para desarrollar teorías explicativas de los conflictos en el mundo, o incluso sus opuestas. Estas, lejos de discutir el concepto de identificación cultural, ahondan en él, defendiendo la no confrontación entre culturas en lugar de cuestionar la división del mundo por grupos culturales. El problema no es tanto el choque o la alianza de civilizaciones. El problema es el término mismo de civilización, y el uso que de él hacen ambas visiones. LA CULTURA COMO ELEMENTO DE IDENTIDAD La cultura se ha usado para explicar conflictos, en la mayoría de los casos sin acotar su significado, dejando al lector que aplique el vago concepto que todos tenemos. Para delimitarla podemos usar la clásica definición de cultura dada por Tylor, que aunque un tanto imprecisa, es fácil de entender: cultura es, según él, «un complejo que comprende conocimiento, creencias, arte, moral, leyes, usos y otras capacidades y usanzas adquiridas por el hombre en cuanto es miembro de una sociedad». Esto forma un sistema relativamente integrado de ideas, valores y actitudes más o menos estables, que influyen en la conducta y 18  REVISTA EJÉRCITO • N.870 OCTUBRE • 2013


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 870 OCT 2013
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