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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 870 OCT 2013

La Policía Militar, en nuestra opinión, aún está en un estado embrionario o, si se prefiere, en proceso de gestación, y no ha alcanzado todavía su plena madurez. Probablemente veamos una ampliación de las unidades y una adecuación de las plantillas a cometidos ya previstos pero aún insuficientemente desarrollados, aunque es difícil saber cuándo. La Policía Militar es solo una pequeña parte del Ejército y, por tanto, será una cuestión que dependerá de las prioridades que fije el mando. Las unidades de Policía Militar son, en su mayoría, pequeñas, están diseminadas por el territorio nacional y encuadradas en órganos o unidades diferentes a la propia Policía Militar. No sería extraño, por tanto, que el mando considerase necesario en el futuro disponer de un órgano que, en el área de Policía Militar, tuviera, entre otras, responsabilidades de asesoramiento en el planeamiento y en la conducción de las operaciones, la coordinación de todas las unidades de Policía Militar y de emisión de directrices, normas y procedimientos comunes, es decir, una cabeza visible de la Policía Militar, similar a la que ya poseen muchos países de la OTAN y cuya denominación en ellos es Provost Marshal, aunque aquí podría ser cualquier otra. Así pues, tenemos ante nosotros un futuro con muchas posibilidades y, también, con muchas incógnitas que solo el tiempo irá despejando. Y, ya que estamos tratando de escudriñar el futuro, hay un interrogante que resulta de un particular interés: la Policía Militar es una capacidad común a los tres Ejércitos, apoyada en una única legislación e impulsada por nuestros acuerdos internacionales, que no distinguen entre la Policía Militar del Ejército de Tierra y la de los demás Ejércitos. Sus cometidos y actividades son también, con pequeñas y necesarias adaptaciones a cada Ejército, comunes… ¿Llegará a ser algún día un Cuerpo Común como lo es la Sanidad Militar o el Cuerpo Jurídico? O, alternativamente, ¿llegarán sus unidades, todas o algunas, a ser conjuntas y dependientes de la Subsecretaría de Defensa, nutriéndose de personal de todos los Ejércitos? Indudablemente esto fomentaría la homogeneidad de los procedimientos, haría más flexible su empleo y rentabilizaría los esfuerzos dedicados a la formación del policía y al adiestramiento y especialización de sus unidades, haciéndolas más eficientes. En fin, como hemos dicho al principio de estas líneas, seremos lo que el Ejército necesite que seamos. En ese camino no nos faltarán las fuerzas necesarias para acometer los retos que se nos presenten. Y mientras llega ese futuro, esta gran familia que empieza a ser la Policía Militar, seguirá trabajando para proporcionar al Ejército un servicio cada vez de mayor calidad, utilidad y eficacia.n 64 REVISTA EJÉRCITO • N.870 OCTUBRE • 2013


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 870 OCT 2013
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