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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

LAS CUATRO VIDAS DE J. F. C. FULLER, UN HETERODOXO EN... 175 El 19 de noviembre de 1917, las tropas alemanas del sector de Cambrai contemplaban con toda calma desde la seguridad de la superfortificada Línea Hindenburg la aparente normalidad de las líneas británicas enfrente. Los soldados se congratulaban no solo de la inexpugnabilidad de sus posiciones, sino de no estar ante el enfangado saliente de Iprés, donde los ingleses se obcecaban en lanzar asalto tras asalto. El 20 de noviembre, empero, 381 tanques, seguidos por una relativamente pequeña porción de infantería, se lanzaron contra ellos a la dudosa luz del alba, sin haber tenido siquiera la cortesía habitual de anunciar el ataque con la acostumbrada cortina artillera. Siempre buenos anfitriones, los alemanes hubieran preparado una adecuada recepción si hubieran sabido con cuatro o cinco días de cañoneo anticipador de la inesperada visita. El 21 de noviembre, las campanas de Londres repicaban en aclamación de un éxito que prefiguraba una victoria definitiva. Mientras, Ludendorff, consternado, preparaba instrucciones de emergencia para una retirada general. Ambos, las campanas y Ludendorff, se precipitaron, si bien fueron proféticos en relación con lo que vendría nueve meses después17. Si el teórico lo contó así desde el lado inglés, veamos como lo narró el práctico por excelencia de las fuerzas acorazadas al otro lado de la colina, Heinz Guderian, abundando en la idea de que aquel día nació una nueva forma de guerra: La ofensiva de Cambrai fue planeada sobre la base de sorprender al enemigo mediante el empleo de una masa de carros en terreno apropiado para ello. Todos los preparativos y transportes a la zona avanzada fueron enmascarados cuidadosamente y realizados en plazo muy restringido. Sin preparación de artillería, solo unas ráfagas cortas y violentas, los carros y la infantería emprendieron simultáneamente el ataque en todo el frente previsto. El ataque colmó todas las esperanzas …. Ni la caballería pudo seguir a los carros atacantes. Por ello y por el agotamiento de la infantería y de los tripulantes de los carros, el gran éxito inicial no pudo ser transformado en una gran ruptura …. El brillante éxito del contrataque alemán unos días más tarde borró la honda impresión producida por la derrota del 20 de noviembre. La infantería atacada por los carros 17  Traducción libre del inicio del capítulo «The Tank surprise at Cambrai» de History of the First World War (en su edición de The Book Club Associates, Londres, 1973). En realidad sí hubo una cortina de fuego artillera previa al ataque, pero fue muy rápida y duró poco tiempo para preservar intacto el terreno que habrían de atravesar los carros. Otros autores dan una cifra diferente de carros empleados en el ataque, pero todos en torno a los cuatrocientos vehículos como mucho. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 157-236. ISSN: 0482-5748


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