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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

214 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL qué estábamos tan mal preparados —mentalmente aun más que materialmente— para enfrentarnos con el presente conflicto fue el no habernos dado cuenta de eso. La guerra hoy es total, luego lo incluye todo, lo influye todo, está influida por todo como consecuencia. Existen tales cosas como una religión de la guerra, una filosofía de la guerra, una ética de la guerra, una ciencia de la guerra, una economía de la guerra, una mecánica de la guerra y un arte de la guerra. Guerrear no es golpear solamente …. La guerra es una actividad humana, por tanto, compleja. Después de lanzar este claro mensaje a los políticos sobre cómo contextualizar el fenómeno bélico, el autor va más lejos y se atreve a hacer este repaso: De 1930 a 1939 viajé mucho por el continente …. En las naciones que más habían sufrido la última guerra había un punto de vista amoral, porque habían sido tratados inmoralmente; autocrático, porque habían suido reducidos a esclavitud. Y militarista, porque habiéndoseles negado la benevolencia, veían en la violencia el medio de liberarse …. Muchas cosas no me gustaron, pero al menos esos países tenían los ojos fijos en el futuro y no en el pasado. Es decir, no en lo más cómodo …. Sugerir que cuando sus ideas parecieran buenas modificáramos nuestro anticuado método de vida, descubrí que era pecar contra los Santos Manes Británicos, los que aparentemente viven en constante rememoración de los tiempos pasados. Sugerir, como lo hice una y otra vez, que nuestro ejército debía ser mecanizado al estilo del ruso, era ser proclamado bolchevique —entonces un oprobio, aunque ahora no—. Sugerir que había mucho de aprovechable en el Estado Corporativo de Mussolini era ser calificado de fascista …. Realmente, la imbecilidad política de mis compatriotas entre los años 1919 y 1939 —aquellos áridos años— no tuvo límite, mientras que en los campos de instrucción los soldados esgrimían aún bayonetas contra sacos llenos de paja. Era como vivir en un asilo de locos. Todo lo que no se había aprendido en épocas de paz, parecía decirnos el maestro, había de aprenderse a golpes en plena guerra… Al final, tras muchos años de «sangre, sudor y lágrimas», y como había predicho en su día un joven Fuller sobre la guerra de los Bóeres, solo el inmenso poderío industrial conjunto de Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética, más que los méritos de sus dirigentes, los llevó a ganar la guerra, pero ¿a costa de qué? Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 157-236. ISSN: 0482-5748


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