cuatro semanas Funeral en la base aérea de Gando Los tres militares fallecidos en accidente de helicóptero reciben la Cruz del Mérito Aeronáutico Al atardecer del pasado 1 de noviembre, los féretros con los restos mortales del capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Johnander Ojeda, entraban a hombros de sus compañeros en el hangar del 802 escuadrón del SAR, en la base aérea de Gando (Gran Canaria). Los tres militares fallecieron en el accidente sufrido diez días antes por el helicóptero AS 332 Super Puma en el océano Atlántico, a 74 kilómetros de la costa del Sahara, cuando regresaban de Senegal tras participar en una operación de seguridad cooperativa. En respetuoso silencio les esperaban familiares, compañeros y amigos junto a una nutrida representación institucional encabezada por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el presidente canario, Fernando Clavijo. Todos juntos escucharon las emotivas palabras que el vicario general del Arzobispado Castrense dedicó a los fallecidos de los que dijo que «sufrieron y ofrecieron su juventud y su vida por la paz». Durante el funeral, el ministro impuso a los tres militares la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo amarillo a título póstumo. Como testimonio de dolor ante la muerte de los tres militares, el Gobierno decretó día de luto oficial el lunes 2 de noviembre. Durante toda la jornada, la Bandera de España ondeó a media asta en todos los edificios públicos y buques de la Armada. La noticia de que un helicóptero del Ejército del Aire había sufrido un accidente con tres militares a bordo se conoció la tarde del 22 de octubre. Las primeras informaciones daban pie a la esperanza sobre el estado de sus tripulantes ya que el Gobierno marroquí Nacional informó de que estaban vivos, dato que confirmó la Marina Real. La Gendarmería del reino alauí también lo hizo en un comunicado en el que afirmaba que los tripulantes se encontraban en buen estado y que estaban siendo trasladados al puerto de Dakhla. MILITARES DESAPARECIDOS Pero esta información no estaba suficientemente contrastada, como reconoció después la embajada de Marruecos, y los militares no llegaron a ningún puerto a bordo de ningún barco. El Gobierno español les dio entonces por desaparecidos. Se barajaron todas las hipótesis sobre lo que podía haber ocurrido, incluso la del secuestro. Ante esta situación, el ministro Morenés se desplazó a Gando para seguir de cerca las operaciones puestas en marcha para localizar el helicóptero y a sus tripulantes. Allí se mantuvo en contacto permanente con las familias de los militares que también recibieron la visita y el apoyo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En el dispositivo para localizar la aeronave Ejército del Aire participaron los cazaminas de la Armada Turia y Segura, que cuentan con potentes radares y un sónar, el buque noruego Olympic Zeus, contratado por el Ministerio de Fomento, aviones CN-235 y helicópteros Super Puma. También se desplegaron los buques Camino Español y Rayo —que sirvió de base para los helicópteros y donde iba embarcado el juez togado militar encargado de la investigación—, además de 30 buzos de la Armada. En la búsqueda colaboraron aeronaves, buques y una patrullera marroquí. Los cuerpos de los militares se localizaron en la cabina del Super Puma el 29 de octubre, una semana después del accidente, no muy lejos de donde se había hundido, y fueron trasladados a bordo del Rayo hasta Las Palmas. Al cierre de esta edición, los esfuerzos se centran en izar la cabina del helicóptero para analizarla y saber qué es lo que provocó este accidente y el fallecimiento de los tres militares del Ejército del Aire. 22 Revista Española de Defensa Noviembre 2015
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 322
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