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REVISTA GENERAL DE MARINA ENERO FEBRERO 2013

flotilla en los ejercicios que realizaba en la bahía de mazarrón, cuando regresaba a su base largando una espesa nube de humo negro, recibió el justo apodo de «La Locomotora », que llevó hasta su desguace en el año 1949. J. A. G. v. 24.777.—Europa aprendió a navegar en libros españoles Damos fe de que esta máxima continúa brillando sobre el dintel del aula de navegación de la Escuela naval militar y no sin razón, pues, por citar un ejemplo, el arte de navegar de Pedro de medina, publicado en 1545, fue traducido simultáneamente al alemán, al inglés, al italiano, al francés y al portugués. En su prólogo, el traductor, el geógrafo del rey de Francia nicolás nicolai, mostró su admiración por nuestros marinos: «Oh, feliz nación española, cuán digna eres de loor en este mundo, que ningún peligro de muerte, ningún temor de hambre ni de sed, no otros innumerables trabajos, han tenido fuerza para que hayas dejado de circundar y navegar la mayor parte del mundo por mares jamás surcados y por tierras desconocidas de que nunca se había oído hablar; y eso solo por estímulo de la fe y de la virtud, que es por cierto una cosa tan grande, que los antiguos ni la vieron ni la pensaron, y aún la estimaron por imposible». G. v. R. 24.778.—Aguada de galeras En el año 1654, en la puerta del muelle principal del puerto de Cartagena, se construyó una artística fuente de cuatro caños coronada por la figura de mármol blanco de un niño desnudo con un ánade en los brazos, de la que salía además otra cañería que iba al paramento del muelle que daba al mar para que allí los botes llenaran de agua las pipas sin necesidad de llevarlas a tierra, con lo que se facilitaba grandemente la operación de aguada a las galeras reales. Y cuenta la crónica local que en la noche del 5 de marzo de 1658, cuando la chusma de las galeras de nápoles, que se encontraban en el puerto bajo el mando del cuatralbo don Fernando Carrillo, regresaba a sus barcos saciada de vino en los figones de la ciudad, decapitaron al niño de mármol que coronaba la fuente. Tras lo cual, denunciado por un alguacil al alcalde mayor, procedieron a escribir al cuatralbo de las galeras para recuperarla, aunque habían zarpado con la brisa de la mañana, por lo que nunca hubo contestación y así permaneció la figura hasta su total destrucción el 23 de noviembre de 1694 abatida por la borrasca de Santa Catalina. J. A. G. v. 24.779.—Investigación sin desarrollo blasco de Garay, capitán de mar, dirigió al emperador un memorial en 1539 ofreciendo construir cierto ingenio para mover los navíos en tiempo de calma, sin auxilio de remos. Se aprobó la construcción de un modelo sobre un galeón de 200 toneles, con tres ruedas de paletas en cada costado. A este siguieron dos más; el último, con la fuerza de 50 hombres en cuatro ruedas de paletas anduvo a legua por hora, ciabogando en la mitad del tiempo que tardaba una galera. Este invento no consiguió suscitar el interés suficiente para su adopción generalizada en los buques de la época, aunque menos interés todavía despertaron otras ideas del mismo autor que no pasaron de eso: una para extraer del fondo del mar efectos y naves con la fuerza de dos hombres, otra para permanecer dentro del agua, otra para mantener luz en ella, otra para hacer potable el agua de mar, otra para un molino a bordo movido por un hombre… G. v. R. MiScELÁnEa 124 Enero-feb.


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