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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 305 ABRIL 2014

tares para comenzar su despliegue fuera de Bangui, donde ya han sufrido el ataque directo de los anti balaka. «La misión —según declaró el ministro francés de Defensa, Le Drian— se ha prolongado porque los niveles de odio y violencia entre las comunidades religiosas han aumentando más de lo esperado». Desde entonces, están El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, visita un campo de desplazados en Bangui el pasado 12 de febrero. protegiendo el exilio forzado de los musulmanes hacia Camerún y han desplazado fuerzas a la localidad de Berberati, a 400 kilómetros de la capital. Por su parte, MISCA —bajo el mando del general Michel Mokoko— enfrenta muchos más problemas, y su presencia en el país no está dando los resultados esperados por la comunidad internacional. En la actualidad, con 6.000 militares y policiales sobre el terreno, las fuerzas africanas no están cohesionadas, no tienen una estructura firme de mando y control, y presentan importantes carencias materiales, logísticas y de financiación para salir de Bangui. A pesar de ello, 2.000 efectivos ya despliegan, con una cuestionada eficacia, en localidades como Bangui, Bouar y Bozoum, en el norte, o Bangassou, en el este. Sin embargo, el principal obstáculo para MISCA es la desconfianza por parte de la propia población, e incluso del propio gobierno de Samba-Panza. Dada la proximidad de las fronteras, las fuerzas de Camerún y Congo parecen estar más pendientes de su propia seguridad que de prestar su colaboración. Al igual que las de Chad, que se han desplazado al norte del país y, además, son acusadas por los anti balaka de apoyar a los grupos rebeldes Seleka. Frente al enorme desafío que supone la pacificación del país, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no ha alcanzado aún el consenso necesario para relevar a MISCA por una misión de Cascos Azules. Según un informe del secretario general Ban Ki Moon, esta nueva operación contará con 12.000 efectivos, pero su despliegue deberá esperar al mes de septiembre. «Estamos de acuerdo en el objetivo —señaló el jefe del Departamento de Operaciones de Paz de Naciones Unidas, Herve Ladsous, el 13 de marzo—, pero hay cuestiones sin consensuar. El despliegue de la operación será gradual, porque requiere un alto coste económico. Sin embargo, retrasar la respuesta puede ser aún más caro, por el impacto de la inestabilidad en la región, por la división del país y por la posibilidad Legnan Koula/EFE de crear un caldo de cultivo para los grupos extremistas». Un reto por cumplir Hoy, el fin de la violencia generalizada sigue siendo el objetivo más urgente en la República Centroafricana, y su consecución es imprescindible para poder reinstaurar el orden constitucional y para formar a unas fuerzas nacionales de seguridad y defensa capaces de garantizar, de forma autónoma, la gobernabilidad de todo el territorio de soberanía. La estabilidad y el desarrollo solo llegarán cuando se instaure un gobierno democrático, fuerte y estable; y que sea capaz de administrar los ingentes recursos naturales de los que dispone el país en beneficio de su población. En este convulso escenario, y ante los enormes retos que enfrenta el país, la comunidad internacional debe consensuar un compromiso aún mayor y más prolongado por la paz centroafricana. Y en ese sentido, la Unión Europea, en el marco de su Política Común de Seguridad y Defensa, ha mostrado ahora su determinación para alcanzar este objetivo. Sin duda, la misión EUFOR RCA, que comenzará a desplegar en las próximas semanas y que contará con la participación de 85 militares y guardias civiles españoles, ayudará a poner orden allá donde el caos y la violencia han destrozado a todo un país. Ahora, y como siempre, la cuestión es plantearse si este esfuerzo internacional por la República Centroafricana será suficiente para cicatrizar una herida tan profunda y una situación tan envilecida. Teniente Coronel Jesús Díez Alcalde Analista del IEEE Claves de la crisis L Desde la independencia en 1960, el mal gobierno y la corrupción política y económica han hundido al país en la inestabilidad y el subdesarrollo. L Lejos de avanzar hacia la paz, la violencia se ha extendido fuera de la capital, Bangui, aunque aún sigue siendo el foco principal de conflictividad. L La identificación de los Seleka con los musulmanes, y de los anti balaka con los cristianos, es una aproximación muy simple al conflicto. L Detrás del conflicto hay una lucha por el poder, entre los seguidores de Bozizé y Djotodia, que está instrumentalizando de forma torticera la religión. L La Misión de la Unión Africana (MISCA) no está cohesionada, ni suficientemente dimensionada (entidad y equipo). No tienen mandato para neutralizar a los rebeldes. L Desde el 5 de diciembre, según Naciones Unidas, han muerto más de 10.000 personas y hay un millón de desplazados y refugiados. La amenaza de genocidio sigue presente. Abril 2014 Revista Española de Defensa 13


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