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REVISTA GENERAL DE MARINA MAYO 2015

TEMAS GENERALES hallar medios para lograrlo; y habiéndose valido de redes que circundasen á lo largo la figura que se les presentaba, y de arrojarle pedazos de pan en el agua, observaron que los tomaba y comia, y que en seguimiento de ellos se fue acercando á uno de los barcos, que con el estrecho del cerco de las redes le pudo tomar y traer á tierra; en donde habiendo contemplado este que se consideraba mónstruo, le hallaron hombre racional en su formación y partes; pero hablándole en diversas lenguas, en ninguna y á nada respondia, no obstante haberle conjurado, por si le poseia algun espíritu maligno, en el convento de San Francisco, donde paró; pero nada bastó por entonces, y de allí á algunos dias pronunció la palabra Liérganes; la que ignorada de los mas, esplicó un mozo de dicho lugar que se hallaba trabajando en la referida ciudad de Cádiz, diciendo era su lugar, que estaba situado en la parte arriba mencionada; y don Domingo de la Cantolla, secretario de la Suprema Inquisición, era del mismo lugar; con cuya noticia un sugeto que le conocia le escribió el caso; y don Domingo le comunicó á sus parientes de Liérganes, por si acaso habia sucedido allí alguna novedad que se diese la mano con la de Cádiz. Respondiéronle que nada habia mas que haberse desaparecido en la ria de Bilbao el hijo de María del Casar, viuda de Francisco de la Vega, que se llamaba también Francisco como su padre; pero que habia años le tenian ya por muerto. Todo lo cual participó don Domingo á su correspondiente de Cádiz, que lo hizo notorio en el referido convento de San Francisco, donde se mantenia.» Fray Benito Feijoo compara el caso del «hombre-pez de Liérganes» con el de un siciliano al que sus paisanos llamaban Pesce Cola, es decir, Pez Nicolao (2). El político José María Herrán Valdivieso, por su parte, escribió también un libro sobre este ser de Liérganes, que se publicó en Santander en 1877. Francisco Javier Torrent Rodrigo, autor del estudio El Legado Hermético de la Antigüedad, señala otros textos anteriores a la obra de Feijoo en los que también se habla de monstruos acuáticos diversos: el Libro d’ las Maravillas del Mundo y d’l Viage de la Tierra Sancta, traducción de la obra de Jehan de Mandeville que conoció varias ediciones en Valencia durante el siglo xVI, y el Jardín de Flores Curiosas, en que se Tratan Algunas Materias de Humanidad, Philosophia, Teología y Geographia, con Otras Curiosas, y Apacibles, Compuesto por Antonio de Torquemada. Dirigido al Muy Illustre y Reverendissimo Señor Don Diego Sarmiento de Soto Mayor, Obispo de Astorga. Va Hecho en Seys Tratados, Como Parecen en la Tercera Pagina de Esta Obra, de Antonio de Torquemada (Amberes, 1575) (3). En esta última obra encontramos la siguiente descripción de una especie de hombre que habita en un río: (2) FEIJOO, op. cit., 215-247. (3) TORRENT RODRIGO, op. cit. 2015 621


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