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ción Aerostera desplazada a Melilla se estableció en Nador, donde se encontraba emplazado el Cuartel General, traslado que se realizó a pie con el globo en el aire y practicando observaciones durante más de 14 horas. Otra marcha memorable fue el paso del canal de La Bocana en la Restinga el 16 de agosto con el globo “Reina Victoria” Finalmente, la seguridad propia, es decir la protección y defensa del globo era un punto a estudiar con detenimiento. Ya se ha comentado, que el pie de globo debe situarse a cubierto de la artillería enemiga o al menos desenfilado. Por lo que respecta al aeróstato, podía temerse un fuego artillero “a tiempo”, si bien no era muy efectivo. Otro caso, éste sí muy eficaz, era el ataque aéreo por parte de la aviación enemiga. La Unidad de Aerostación disponía en su organización, en pie de guerra, de un Pelotón de Defensa dotado de ametralladoras. A decir verdad, nunca nuestras tropas aerosteras se vieron en la necesidad de protegerse, toda vez que las cabilas rifeñas no disponían de estos medios y los tiros con sus espingardas no eran lo suficientemente peligrosos. Resumiendo, según las directrices que el comandante Martínez Sanz21 daba a sus oficiales alumnos, diríamos que las condiciones óptimas para una buena observación eran una gran altura para alejarse del frente, empleo de material resistente a las fatigas meteorológicas, uso de gases no inflamables y protección con elementos propios. LA ESCUELA DE OBSERVADORES En el inicio de la Aerostación Militar, eran pocas las unidades existentes y escasos el número de oficiales experimentados que subían a la barquilla. Bastaba con elevarse, mirar a su alrededor, informar de lo que se había visto y de lo que podía deducirse de ello. El comandante Vives pronto apreció la necesidad de formar oficiales observadores, desde los primeros años de la naciente Aerostación en Guadalajara. En 1901 el mismo Vives y el capitán Rojas organizan el primero de ellos, con la finalidad de renovar la formación en esta nueva área de aplicación militar y actualizar los conocimientos de los Oficiales del Ejército no sólo los de Ingenieros, sino los de otras Armas y Cuerpos Facultativos. Esta formación postgraduado, que ahora es normal en las Fuerzas Armadas, en aquella época era inexistente e incluso inconcebible en el Ejército. En 1903 se consiguió que los Cursos de Observadores adquirieran el nivel de Escuela adscrita al Servicio de Aerostación. Hasta 1908 se realizó un curso por año22. Sin embargo fue la experiencia adquirida en la Gran Guerra la que impulsó la formación de oficiales observadores en Francia, así como el mejoramiento de los medios de enviar la información a tierra. La Escuela francesa se instaló en Cosne y a ella asistió el comandante Román Gautier Atienza, comisionado por el Servicio de Aerostación para sacar las enseñanzas precisas para la formación de nuestros observadores. La Escuela de Observadores de Aerostación como tal, no se crea hasta 1922 en Guadalajara. Para los primeros cursos acudió el Teniente profesor de Cosne, Mr Baradez, evidentemente por motivos económicos. En los primeros años se utiliza material de enseñanza en sala basado en la escuela francesa que poco a poco se fue reemplazando con fotografías y material español. El lema de la Escuela y norma fundamental de la misma era “EXACTITUD, DETALLE Y VERACIDAD” y este espíritu se inculcaba a los asistentes a las tres clases de cursos que en ella se impartían: – Curso de formación de Observadores. – Curso de reentrenamiento para observadores formados. – Cursos de Información Aerostera. A los cursos de Observadores acudían oficiales de todas las Armas y Cuerpos del Ejército que recibían los conocimientos necesarios para el servicio en misiones de observación. Los solicitantes, en número mayor que el de plazas, eran seleccionados mediante unas pruebas, ya que eran requeridos determinados conocimientos sobre la forma de actuar de las diferentes Armas combatientes, empleo del fuego, topografía, etc… La duración del curso era de tres a cuatro meses y se desarrollaba en dos períodos, el primero en la Unidad de Aerostación de Guadalajara 104 “Método sencillo de previsión del tiempo”. Librito de bolsillo que utilizaban los aerosteros en Guadalajara. (Documento propiedad del autor). Instantánea obtenida por el fotógrafo Goñi de una clase en la Escuela de Observadores en 1926. Presenciando la clase el teniente coronel Rodríguez Moruelo. (Archivo Histórico Provincial de Guadalajara).


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