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se encontraba retenido con sacos de lastre, de 15 kg de peso, en número suficiente para compensar la fuerza ascensional, y en el último momento por el cordaje de maniobra y la tropa. Era el momento en que entraba el Pelotón de equipo para colocar la barquilla y su equipamiento y los cordajes de retención y suspensión. Solo faltaba que el piloto y los observadores subieran a la barquilla, una vez pesados, como si de jockeys se tratara, y el oficial de la Sección diera la orden de ¡SOLTAR!, a caballo, como ordenaba el Reglamento. No olvidemos que el Regimiento de Aerostación era Unidad montada. Previamente, y para asegurarse que todo estaba en condiciones se solía elevar el globo, debidamente amarrado al camión o carro torno mediante el cable de retención, hasta una altura de 100 m. Como pueden apreciar los que me han El capitán Gordejuela inspeccionando el interior de un globo. (Archivo IHCM). seguido hasta aquí, la observación aerostera era... trabajosa. El transporte al lugar de observación se realizaba a pie, a baja altura, sujeto por el pelotón de maniobra con el cordaje del mismo nombre dispuesto en el ecuador del globo, o elevado en este caso a mayor altura, utilizando el cable de retención y la polea pazteca. En ocasiones, cuando las tropas propias avanzaban, el globo las seguía elevado, como ocurrió en la campaña de 1921- 1922 durante las operaciones de recuperación de Nador, Zeluán, Monte Arruit, Gurugú, Muley-Rechid e Ichtiguen en las se avanzó con el globo en el aire e incluso bajo el fuego enemigo, facilitando informes y croquis de empleo inmediato. Estas operaciones requerían cierto riesgo y en ocasiones el globo… se soltaba como sucedió en la conquista de Sebt. El globo de observación, tripulado por el capitán Félix Gómez Guillamón25, se encontraba a una altura de 1.500 m en su misión de observación, debidamente amarrado a su carro torno en tierra por el cable de retención. Una escuadrilla de aviones del Servicio de Aeronáutica que participaba en las operaciones efectuó un vuelo rasante en las inmediaciones del globo, con tan mala fortuna que el aparato pilotado por el sargento Carpio y con el capitán Bellod como observador, chocó con el cable, soltando al globo que dejó de ser “cautivo”, quedando a merced del viento. El avión, notablemente averiado, consiguió tomar tierra, si bien con dificultades pero el globo, que obviamente no estaba preparado para vuelos libres, se adentró en el mar. El cañonero “Lauria” salió en su persecución y le dio alcance. Gracias a la pericia del piloto del aeróstato, que actuó debidamente abriendo las válvulas de gas y a la marinería del Lauria, se logró asir el extremo del cable y remolcarlo hasta el puerto, salvando al globo y a su piloto. Esa era la razón por la que en los vuelos cautivos subieran siempre un piloto y un observador o que este tuviera también la titulación de piloto de globo libre. COLOFÓN Se ha pretendido en estas líneas dar una idea de lo que fue la misión fundamental de la Aerostación Militar española, la Observación Aérea, como lo fue también en las unidades de esta Especialidad en lo Ejércitos combatientes en la IGM. De sobra es conocido que no fue la única misión que llevó a cabo la Aerostación española, ya que muy importante fue la colaboración con los científicos de la época en la realización de experimentos y mediciones en la atmósfera que nos rodea y gratificador el espíritu deportivo de nuestros aerosteros por su participación en cuantos eventos aéreos se preparaban. En los párrafos precedentes se han repasado los reglamentos y textos que en aquellos años prepararon para cumplir su misión a muchos oficiales de todas las Armas y Cuerpos de nuestro Ejército, incluso de la Armada, en los Cursos que impartían en la Escuela de Observadores y se han descrito, si bien de forma muy ligera el material en dotación por el Servicio de Aerostación. Ahora sabemos que fue la Observación aérea, quienes fueron sus artífices y cómo trabajaban. Con nuestros conocimientos técnicos actuales nos parecen aquellos inicios tan elementales que tal vez alguno esboce una sonrisa, sin embargo ellos con sus escasos medios y su extremada profesionalidad ofrecieron un servicio al Ejército y a España que justo es reconocerlo, y por ello siempre agradeceré a la revista AEROPLANO la oportunidad de rendirles un homenaje con este modesto trabajo, como descendiente de uno de ellos26. 1El número 1 de la revista AEROPLANO contiene el artículo Los primeros tiempos de nuestra Aviación del General Ramón Salas, donde se amplían estos antecedentes. 2Joseph Michel y Jacques Etienne, eran fabricantes de papel en Annonay. 3El 8 de agosto de ese mismo año, La Pasarola, que así se denominó a este primer prototipo, se elevó en Lisboa en el patio de la Casa de Indias 4La perra Laika, fue el primer ser vivo en órbita alrededor de la Tierra y que regresó ileso. Lo hizo a bordo de la nave soviética Sputnik 2, el 3 de noviembre de 1957. 521 de septiembre de 1783. 6El gas hidrógeno fue descubierto por Henry Cavendish en 1766. 7Decreto del 13 Germinal del II (2 de abril de 1793) del Comité de Salud Pública de París. 8Pedro Fuertes, Manuel Gutiérrez y César González. El aeróstato tenía una forma muy española, ya que semejaba una enorme “bota de vino”. (Del libro del autor sobre la Aerostación Militar en preparación). 9En el nº 28 de la revista AEROPLANO, Federico Sanz Velasco en su artículo “Observadores desde el aire”, trata con más detalle los inicios de la observación aérea. 10Real Orden de 17 de diciembre de 1896. 11Creado por R.O.C. de 28 de enero de 1920. El 108


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