Page 42

LA LEGION 525

>> Colaboraciones ANÉCDOTA LEGIONARIA Jefe de la 3ª Compañía de Fusiles de la X Bandera “MILLÁN ASTRAY” ¡Qué grandes lecciones de moral nos dan nuestros Caballeros Legionarios día a día, de una manera alegre y divertida con su inconfundible estilo! Entrando en antecedentes, esta divertida historia la protagonizan tres caballeros legionarios y tres “rayones” (si, exacto, tres crías de jabalí) aunque hoy por hoy no todos pueden contarla, por no encontrarse ya entre nosotros. Corría el mes de febrero del 2013 y en una compañía de fusiles de la X Bandera contaban desde diez días antes con un nuevo miembro entre sus fi las; una cría de jabalí llamada Rociito quien en poco tiempo se había ganado el cariño de los legionarios, muy especialmente el del cabo mayor de la compañía, quien a todos los efectos se había convertido a ojos de Rociito en su “progenitor” y a ojos de los legionarios en su “protector”. “…Mil tragedias de diversos modos que el correr de la vida formó…”, llevaron a Rociito a perder a todos los miembros de su familia en una cacería y a ser acogida por su compañía legionaria donde comenzó a encontrar el olvido a antiguas penas y tragedias. Los legionarios la bautizaron con el nombre de la novia del primero de ellos que la alimentó, dándole tomas de biberón cada dos horas y media. Debido a la corta edad de Rociito el cabo mayor estableció un turno de guardería fuera de las horas de trabajo, en dicho turno entraban los legías; unas veces a petición y otras a elección pero como ya se sabe, siempre “voluntariamente”. El último fi n de semana de febrero un legionario se presentó voluntario para hacerse cargo de Rociito, la acomodó en su casa y disfrutó de un día de visitas de compañeros, quienes llevaban a sus hijos para jugar con ella y presentarla en sociedad. ¡Sin duda Rociito era más feliz que un cochino en un charco! Pero pronto se terminaría la dicha… la mañana siguiente Ronda amanecía nevada; una Capitán D. Víctor Manuel Laureano Collado estampa digna de postal, hecho que impulsó al citado legionario a bajar con su novia a realizar unas fotos para el recuerdo. Es en ese momento cuando Rociito aprovechó para explorar por la terraza del 4º piso y hacer un salto paracaidista al estilo Legión, es decir, ¡sin paracaídas! Imaginad la cara del legionario al percatarse de la suerte de Rociito y de la suerte que él correría cuando diese novedades al cabo mayor sobre el estado de su adorada mascota. Lejos de plantearse poner cara de “lolo” y hacerse el “sueco” delante del cabo mayor, el citado legionario agudizó el ingenio y haciendo uso del Espíritu de Unión y Socorro llamó a otros dos inseparables miembros de la misma sección, quienes acudieron a su casa estando aún Rociito de cuerpo presente. Entre los tres buscaron y encontraron una solución acorde a la gravedad del problema. La resumiremos en una exhaustiva búsqueda de alguien que vendiese “rayones” del mismo tiempo que Rociito, independientemente del lugar y precio. A las 4 de la mañana decidir coger el coche y viajar Ronda-Zaragoza (más de 900 kilómetros), comprar no uno, sino dos rayones no vaya a ser que la muerte aparezca; pagar una multa por exceso de velocidad sin decir esta boca es mía y rezando porque la Guardia Civil no les haga abrir el maletero y vea a los dos “rayones” que tenían menos papeles que una liebre; llegar a Ronda tras más de 1.800 kilómetros de coche con el tiempo justo para descansar un poco y formar el lunes. • Legionario: ¡A la orden mi mayor… sin novedad con el jabalí! (En la posición de fi rmes más rigurosa que se podía estar). “Rociito ha muerto… pero aquí tiene dos rayones en sustitución a la perdida mi Mayor” • Cabo Mayor: ¡No ….! ¡Cómo que ha muerto! (mirando alternativamente al legionario y a los dos rayones). “Bueno máquina, te lo has currado, no pasa nada, no teníais que haberos tomado tantas molestias…” Finalmente los tres legionarios lejos de ser reprendidos por el fallecimiento de la querida mascota recuperaron el importe de la multa y fueron felicitados en el despacho de su capitán por su iniciativa y de algo muy legionario como es “buscarse la vida” y salir airoso de las situaciones más inesperadas. 40 525 · IV-2013


LA LEGION 525
To see the actual publication please follow the link above