CÁDIZ (El Juan Sebastián de Elcano rinde viaje en Cádiz) Una vez más nuestro bergantín 6 BIP goleta ha cumplido ampliamente con los objetivos de una misión polivalente: como Embajador de nuestro país en el Mundo, como Escuela de Guardiamarinas, como Aula de iniciación al ámbito de la Armada y también como Herramienta para la divulgación de la imagen y cultura corporativa. De todas las demás ya hemos dado cumplida cuenta en estas páginas, pero esta última faceta es la que desempeña normalmente nuestro buque escuela en el tránsito que recorre desde Marín hasta su base en Cádiz, llevando a bordo un número limitado de invitados civiles, entre los que en esta ocasión se encontraban altos cargos de la Administración y del mundo académico y empresarial. Uno de ellos, asiduo colaborador de nuestro BIP, periodista y presidente de la Asociación «Amigos del Juan Sebastián de Elcano», Jerónimo Martínez, nos remite una interesantísima crónica como invitado a bordo de nuestro buque escuela en su último tránsito a su base gaditana: «El Juan Sebastián de Elcano rinde viaje en Cádiz tras una intensa singladura desde Marín». En ella, además de enumerar todas las actividades en las que participan los invitados a bordo, tales como asistencia y explicación de maniobras y ejercicios, charlas y conferencias, visitas guiadas a los distintos destinos del barco, talleres de nudos, observación del sol mediante el sextante, etc., nos transmite también las múltiples situaciones de ocio y disfrute que se ponen a disposición de los invitados a bordo, como «poder degustar un amplio surtido de vinos y tapas que siempre dejan patente el buen hacer del Servicio de Cocina», o la oportunidad que se ofrece a los aficionados a la lectura de poder deleitarse con la Feria del Libro que se organiza a bordo, los conciertos ofrecidos diariamente al ocaso por la Banda de Música embarcada, la sesión cinematográfica, y un largo etc., sin olvidar las numerosas atenciones que reciben de parte de los mandos y de toda la dotación del buque. Pero si hay algo especialmente notable en esta crónica es quizás el hecho de que nos haya transmitido las impresiones de los propios invitados, entre las que destaca algunas de ellas, como «…el caso de Carmelo Briñón, ingeniero de Telecomunicaciones jubilado que presta sus servicios como Voluntario en el Museo Naval de Madrid. A sus casi 70 años, señalaba sentirse «enormemente feliz» por cumplir un viejo sueño «de sentirme marino de verdad». O la de «Vicente Ferrer, ibicenco, Comodoro del Club de Regatas de Ibiza, captaba con su cámara fotográfica todos los rincones del velero. Ferrer no podía disimular su alegría «por compartir el tránsito con los servidores de España». Y también la de un valenciano, «Rafael Ruixo Domínguez, veía colmada la petición de embarcar tras 16 años consecutivos de solicitar el permiso pertinente. Recordaba que esta solicitud respondía a una promesa de su esposa, que quería obsequiar a su marido cuando cumplieron el décimo aniversario de boda. Al cabo de 26 años de matrimonio y 16 después de pedir insistentemente la autorización, llegaba el ansiado momento». Para finalizar, hacemos nuestra la despedida que hace nuestro colaborador, Jerónimo Martínez al concluir su crónica: «Así finalizaba una experiencia inolvidable para un grupo de ciudadanos españoles que durante su presencia a bordo del «Elcano» tuvieron la oportunidad de contemplar in situ todo lo que conlleva que el velero de la Armada Española sea el buque más conocido por su doble condición de Embajador y Navegante».
BIP 139
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