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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 320

Septiembre 2015 Revista Española de Defensa 15 Bg. Juan A. Ruíz defender los valores de España. A esto hay que unir que casi todos los adiestradores llegaron a esta misión con un bagaje de muchas misiones a sus espaldas y varias de ellas como entrenadores, con una misión similar en Afganistán. Se puede afirmar que había auténticos expertos en la materia, que han marcado la diferencia. La relación entre los soldados iraquíes y los adiestradores españoles ha sido excelente. Los españoles tienen esa capacidad especial de llegar a ganarse las mentes y los corazones, comparten con ellos las mismas penalidades, no se les ocurre beber agua delante de ellos si los jundies ese día andan escasos de agua, y evitan refugiarse en los vehículos con aire acondicionado en los ratos de descanso… Lo que se dice de toda la vida: predican con el ejemplo. Junto a los españoles que han liderado el adiestramiento de la Brigada 92, también ha participado un contingente portugués e instructores estadounidenses. Los portugueses destacan por una profesionalidad y una iniciativa en la instrucción difícilmente comparable a ninguno, mientras que los instructores americanos son muy rigurosos y serios en los procedimientos. Al final, entre todos se forma un buen equipo de adiestramiento. Una de las dificultades a las que se enfrentaban los adiestradores era la barrera del idioma. El problema se trató de solventar con la contratación de intérpretes, tanto locales, como nacionales contratados en España, o militares con conocimiento de árabe. No obstante, como consecuencia de la formación específica que previamente recibió todo el personal, los instructores han podido defenderse en temas técnicos en árabe y, con algo de terminología y con mucho arte, se hacían entender casi sin problemas. Los 70 adiestradores españoles de La Legión se articularon en seis equipos: un equipo de adiestradores de Cuartel General de Brigada, con capacidad para instruir en labores de planeamiento y conducción de operaciones; tres equipos de adiestradores de Infantería, un equipo de Artillería y un equipo de Logística. Cuando los adiestradores recibieron a la Brigada 92 se encontraron con una unidad con muchas carencias, no sólo de personal, sino también de material. Pero, quizás lo más destacable en su momento fuese su desmoralización tras las malas experiencias vividas en el pasado con el avance del autodenominado Estado Islámico. Nada más iniciar su instrucción, los legionarios optaron por transmitir a los soldados iraquíes la mayor cantidad de conocimientos en el menor tiempo posible, al objeto de elevar su moral frente al combate, fortaleciendo su autoestima y seguridad en sí mismos. Para ello, en coordinación con el general iraquí jefe de la Brigada, se diseñó un programa de instrucción de seis semanas, haciendo hincapié en el conocimiento y manejo del armamento, aumento de las capacidades de supervivencia en el campo de batalla, técnicas de combate convencional y en ambiente urbano, la especialización de parte del personal mediante cursos específicos y el fortalecimiento del liderazgo de los cuadros de mando. Los adiestradores han inculcado a los soldados iraquíes los valores y virtudes de La Legión


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