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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 320

El patrullero de altura P-63 se aproxima por la banda de babor a un arrastrero en aguas del archipiélago balear. Septiembre 2015 Durante la noche, el patrullero Arnomendi navega hacia la próxima zona de inspección buscando la mejor posición para sorprender a los pesqueros antes del amanecer. Tras identificarse a viva voz, el marinero Conrado Gallego eleva la mano derecha con los dedos extendidos. El patrón del Cinta Primera entiende la señal y reduce la velocidad a cuatro nudos, suficiente para que el cabo primero Francisco Esteban, al timón de la RIB, acomode la embarcación al oleaje, haga tope de costado con el casco del pesquero y permita el embarque de un inspector de la Secretaria General de Pesca y de un oficial de la Armada. Una vez a bordo, el funcionario Iván Vázquez y el alférez de navío Cristóbal González- Aller se presentan ante los pescadores. A continuación, los dos comprueban la documentación del barco y el tamaño 42 Revista Española de Defensa y tipo de capturas. Después su afán supervisor se concentra en la luz de la malla, es decir, el tamaño de los cuadrados y rombos que componen la red largada, «un gran calcetín a popa del pesquero durante el arrastre sobre el fondo marino », explica Iván Vázquez. El inspector mide y enumera en voz alta el tamaño de hasta 40 orificios del copo —la parte final de la red, el saco donde queda atrapado el pescado— y de hasta 20 de la manga, la parte superior del arte. El alférez de navío apunta. La misma secuencia siguen cuando comprueban el grosor del hilo o zorzal de la malla. Cuadrados de 40 milímetros, rombos de 45 y zorzal de 6. Todo está en regla: la red es selectiva —captura lo que debe capturar— y no esquilma el fondo marino. Así lo refleja el acta de inspección en la que estampan su firma Vázquez, en nombre de la Secretaría, el alférez de navío González-Aller, en el de la Armada, y el patrón del arrastrero. CONTROL Y VIGILANCIA La del Cinta Primera fue una de las 23 inspecciones que el patrullero P-63 Arnomendi efectuó entre el 29 de junio y el 11 de julio pasados en el marco de la campaña de Caladero Nacional en aguas del Mediterráneo. El objetivo de esta labor conjunta entre personal de la administración civil y militar contemplado en el


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