Page 53

REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 320

riores saudi Adel al-Jubeir ha confirmado que Riad está considerando adquirir sistemas de misiles balísticos de Rusia. El «interés» de Arabia Saudita en los productos militares rusos puede obedecer al intento de influir en la política de Moscú en Medio Oriente para que frene su apoyo al gobierno sirio que hace frente a las milicias islámicas rebeldes apoyadas por Riad, y para que deje en segundo plano el suministro de armas a Irán. Algo que parece no tener mucho éxito ya que Moscú ya ha entregado dos lanchas patrulleras clase Buyan en el puerto iraní Bandaf Anzali del Caspio, y enviará sistemas de defensa aérea S-300 a Teherán en breve. EL NUEVO «IRANGATE» A primera vista, la opción escogida por Washington parece clara: había que decantarse entre Irán, sus aliados chiítas, Siria y el Hezbolá libanés, o Riad, sus yihadistas, Al Qaeda y el Estado Islámico. Cada lado excluye al otro. Y los EEUU han escogido Teherán, o al menos así lo parece. Pero tanto EEUU como Rusia juegan a varias bandas y mantienen estrechos lazos con todos los contendientes. En el mundo musulmán se está produciendo un duelo sin cuartel por el liderazgo. Grosso modo los dos bloques, chiíta y sunita se enfrentan cada vez más a escala global. Mientras Irán se encontraba sometida a bloqueo, la predominancia de Arabia Saudita era incuestionable. Una Septiembre 2015 El 20 de julio, el Consejo de Seguridad de la ONU respaldó por unanimidad el acuerdo. vez alcanzado el acuerdo nuclear, Irán recupera protagonismo y su vecino y rival disminuye el suyo. El «gran juego» que los estrategas del Imperio británico diseñaron en el siglo XIX en Asia Central, se desarrolla ahora con otros auspicios. El levantamiento del embargo a Irán tendrá efectos sorprendentes a corto y medio plazo. Irán será en poco tiempo una potencia emergente y un interlocutor obligado para todos los conflictos en el entorno de Asia Central. La primera consecuencia importante puede ser la entrada en el bloque de los BRICS, que se erige si no como alternativo, sí como rival de Occidente. Rusia y China, por razones geopolíticas, son favorables a la incorporación de Irán en el grupo de potencias emergentes. Tanto Moscú como Pekín estiman que Teherán posee la capacidad económica, técnica y científica para formar parte del bloque. Eso dará proyección internacional al régimen de los Ayatolás, y al mismo tiempo permitirá a los BRICS extender su área de influencia en la esfera de intereses geopolíticos de Irán. La segunda consecuencia del levantamiento del embargo va a ser la construcción de un complejo militar-industrial autónomo por parte de Irán. Actualmente posee astilleros navales y una industria militar muy tecnificada. Tras el fin del bloqueo podrá adquirir material para acometer las dos tareas que completarían su sistema armamentista: la aviación de guerra y los carros de combate. No menos importante, y quizás más desde el punto de vista geopolítico regional, va a ser la dinamización de la Alianza de países ribereños del Mar Caspio: Rusia, Kazajstán, Turkmenistán, Irán y Azerbaiyán. Rusia ya ha propuesto y realizado en el pasado ejercicios militares de los países del Caspio, con gran éxito según sus promotores. La irrupción de Irán en la geopolítica de Asia Central va a tener como consecuencia el aislamiento de Uzbekistán, un firme aliado de los Estados Unidos y reacio a todas las iniciativas provenientes de Moscú y de Pekín. Los servicios de inteligencia occidentales están igualmente preocupados por las consecuencias que la ruptura del cerco a Irán van a tener en la guerra ideológica que libran las diferentes ramas del Islam, sunitas y chiítas, principalmente. La rivalidad entre Teherán y Riad por el control del mundo islámico no solo ha aumentado en el seno de los países miembros de la OCI (Organización de la Conferencia Islámica), que reúne 52 países de todo el planeta, sino que se ha extendido fuera de la Umma islámica. Iberoamérica está siendo un terreno de disputas entre sunitas apoyados por Arabia Saudita y chiítas apoyados por Irán: un escenario similar al que se está desarrollando en África central y occidental. Arabia Saudita e Irán dedican varios miles de millones de dólares anualmente a extender su área de influencia religiosa en el mundo. Quizás es también eso lo que interesa a Washington. Porque lo que más teme Occidente en esta época de convulsiones es que el mundo musulmán que congrega a 1.400 millones de seres humanos en 60 países se guíe por un solo liderazgo. Pedro Canales Revista Española de Defensa 53 Irán será en poco tiempo un interlocutor obligado para todos los conflictos en Asia Central


REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 320
To see the actual publication please follow the link above