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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 320

Máquina Enigma, sala de Logística y NBQ, bomba de mortero (1811), armas largas y el proctodisparador de Doval, y uniforme histórico (1908). Museo Militar de Valencia Bomba y maquetas son de la sala —en creación— El Ejército y Valencia, vecina de la de exposiciones temporales, donde también están el pañuelo de instrucción militar del Remington y la de selección de cartas del soldado Juan Méndez Gil, procedentes del espacio Ultramar y África. CAPITÁN MANO DE PLATA Del mismo lugar viene el brazo articulado del capitán de Infantería Antonio Ripoll, nacido en Cartagena en 1881 y lauredo tras fallecer en combate en la Guerra de Marruecos. «Se dice que la prótesis fue regalo de la reina regente María Cristina porque pidió volver al servicio activo a pesar de haber perdido una mano», comenta el director del museo. También en la selección está el diorama del cañón de costa de artillería modelo Ordoñez (1885), de la colección de Miniaturas, pieza de la futura sala Fortificaciones y Dioramas, y «hecho escrupulosamente a escala, de acuerdo a planos originales y tornillo a tornillo», apunta García-Menacho. El cañón será el vigésimo top de la ruta de imprescindibles. El director destaca asimismo la presencia del falconete (s. XV-XVI) de hierro, usado primero en los barcos de la Armada y parte de la sala de Artillería, y la máquina de cifrado Enigma, de la de Ingenieros, que conseguía la friolera de 10.586.916.764.424.000 claves distintas en sus versiones de cuatro rotores. La exposición incluye en su selección el botiquín de campaña en cajas transportables (1959), del espacio Sanidad y Enseñanza, y, el titulado Guerra Civil aporta los estandartes de los regimientos de Artillería, Republicano y Nacional, Ligera 6 y de Campaña 18. A tales emblemas —un sólo top— aún queda por añadir un elemento más a la lista de indispensables reunidos en la sala de exposiciones temporales: un despacho de coronel de regimiento de mediados del siglo XX. «Éste perteneció al Vizcaya 21», matiza García-Menacho. Dicho conjunto forma parte de la ya citada sala dedicada a la relación del Ejército con Valencia. Hay también otro espacio sobre la Milicia y las Fallas. La exposición se completa con imágenes, textos ... y, «por su puesto, material para los colegios», concluye el director del Museo Histórico Militar de Valencia tras finalizar el recorrido. Una visita durante la que García-Menacho quiso recodar y agradecer la labor de sus predecesores y de quienes han participado y colaborado con la institución en estos 20 años. Esther P. Martínez Fotos: Hélène Giquel Septiembre 2015 Revista Española de Defensa 59


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