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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015

REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015  107  SECCIONES FIJAS parroquia matriz de La Concepción «sin fausto y con solo la precisa decencia» como fue su voluntad. Por Real Orden de 25 de mayo se concedía, a su solicitud, licencia y traslado a la Península al general Gutiérrez. LA GESTA Entre el 22 y el 25 de julio de 1797 una escuadra británica, formada por nueve barcos bajo el mando del contralmirante Horacio Nelson, trató de tomar el puerto de Santa Cruz de Tenerife y conquistar esa plaza fuerte, la única de Canarias en ese momento, para ocupar posteriormente el resto de la isla y el conjunto del archipiélago. La excusa que pretendía ocultar las verdaderas intenciones británicas fue la de apoderarse de una fragata con mercancías de Oriente anclada en el puerto santacrucero, hacerse con los géneros existentes en la plaza y toda la moneda de plata del rey, además de exigir una fuerte contribución en metálico. El ataque se llevó a cabo bajo la dirección del almirante jefe de la flota, Jervis, desde su posición en el bloqueo de la flota española en Cádiz. La fuerza al mando de Nelson se componía de nueve navíos de guerra y tres mil setecientos soldados. Las defensas isleñas se componían de mil seiscientos hombres, incluyendo integrantes de las milicias canarias, pescadores, labradores y artesanos, poco preparados y muy escasamente armados, la dotación de una fragata francesa, La Mutine, que había sido apresada dos meses antes por fuerzas inglesas y un reducido número de artilleros y soldados regulares. Al mando se encontraba el comandante general de Canarias, don Antonio Gutiérrez. La experiencia, voluntad de vencer y minuciosa preparación de los planes de defensa por el general Gutiérrez y la determinación y heroísmo de todo el pueblo tinerfeño dieron al traste con las intenciones británicas, cuyas tropas de desembarco fueron derrotadas en la madrugada del 25 de julio. Las pérdidas británicas ascendieron a doscientos treinta y tres muertos y ciento diez heridos, incluyendo el propio Nelson que aquí perdió su brazo derecho. Por parte española las bajas fueron de veinticuatro muertos y treinta y cinco heridos. La procedencia de los fallecidos manifiesta de forma diáfana la interacción de pueblo y ejército en esta acción: nueve pertenecían al ejército regular, siete a las milicias canarias, Situación de Tenerife en el océano Atlántico La defensa de Santa Cruz de Tenerife


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015
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