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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015

El general don Antonio Gutiérrez REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015  111  SECCIONES FIJAS guerra de la Independencia que absorbe absolutamente todos los recursos de la nación entre 1808 y 1814. Y casi superponiéndose, a partir del fin de la guerra de la Independencia, los movimientos y las guerras de emancipación americana, los enfrentamientos entre absolutistas y liberales y las guerras carlistas. Todo ello hubiese hecho de la recuperación de las Canarias en nuestro convulso siglo xix un sueño irrealizable. EL GENERAL GUTIéRREZ El general Gutiérrez no tuvo en vida la valoración que merecen sus actuaciones a lo largo de su carrera militar. La defensa de Canarias es la página más gloriosa de la hoja de servicios de este militar que dedicó una vida completa al servicio de España, que desde sus primeros pasos como cadete hasta su fallecimiento como teniente general de los reales ejércitos y comandante general de las Islas Canarias llegó a cumplir sesenta y tres años de servicio y que fue gravemente herido en la campaña de Argel tras haber participado en numerosos hechos de guerra, los más importantes de los cuales fueron insulares y frente al mismo enemigo: Malvinas, Menorca y Santa Cruz de Tenerife. Desde su llegada a las islas en enero de 1791 comienza los preparativos para un posible ataque naval en fuerza. Efectúa profundos análisis de la situación defensiva de Tenerife y del archipiélago, requiere estudios y juicios a sus subordinados principales y datos de todo tipo a las autoridades civiles. Recorre todas las islas, valora adecuadamente la información disponible, solicita sin descanso refuerzos y apoyos a la Corte. Organiza las fuerzas disponibles, ordena la mayor vigilancia, dicta diligencias, supervisa el plan de rondas, organiza puestos de observación, prepara un sistema de mensajeros a pie y a caballo para estar puntualmente informado de todo cuanto ocurra. Redacta órdenes y planes y mantiene permanentemente el contacto con sus subordinados. En definitiva: sabe que el peligro es inminente, que la situación defensiva es precaria y no se limita a lamentarse sino que sabe extraer lo mejor de su experiencia y profesionalidad para, con los escasos medios disponibles, enfrentarse a un enemigo mucho más potente, dotado y adiestrado. En su introducción a la obra El General don Antonio Gutiérrez, vencedor de Nelson, de Pedro Ontoria Oquillas, el general Emilio Abad afirma que para escribirla trató de hacer un cotejo entre la guía de comportamiento que representan las Reales Ordenanzas y la vida del general Gutiérrez. «Mas resultó que prácticamente el articulado de lo que podemos considerar la principal norma moral y profesional para los militares se ajustaba a las vicisitudes y hechos conocidos del general. Todo, desde su capacidad para decidir, el constituirse en modelo para el que obedece, la guarda de la más exacta y puntual observancia de las Ordenanzas, la exigencia de la obediencia a sus subordinados, cumpliendo las órdenes superiores con el mismo empeño y exactitud, todo, y más, está recogido en su vida». Igualmente destacables son la enorme prudencia, seriedad y lucidez con que actúa en todo momento para no poner en riesgo sus escasas fuerzas y, sobre todo, a los habitantes de Santa Cruz. RAZONES PARA UNA VICTORIA Tal como ha quedado establecido, esta gran victoria, esta gesta fue posible gracias a la voluntad


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