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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015

R.I.R. SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015  119  del avión para quedar allí almacenados. Y de ahí al taller de mantenimiento para prepararlos para una nueva misión. («DARPA Wants Swarms of Cheap “Gremlin” Drones» por Evan Ackerman en www.spectrum.ieee.org) EL ARMA MÁS GRANDE EN LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO En los últimos veinte años se ha convertido en una de las armas más visibles y eficaces del campo de batalla. Originalmente diseñado para hacer frente a miles de carros de combate del Pacto de Varsovia que plagaban las llanuras de Alemania durante la Guerra Fría, sus creadores nunca pensaron que llegaría a ser para los terroristas su bestia negra. En este papel ha estado desde el año 2001 y continúa sembrando el desasosiego entre los grupos insurgentes terroristas. Es el misil Hellfire (fuego del infierno). En un artículo de la revista digital Special Operations se habla sobre su nacimiento, algunos de sus grandes éxitos y su futuro. Y del nacimiento se dice que fue hacia 1971 cuando el Ejército de los EEUU requería un misil para helicópteros del tipo dispara y olvida con misiones anticarro. La primera variante salió de producción en 1985 para armar el AH-64A Apache. El tándem era ideal. El helicóptero señalaba con su láser el objetivo a unos 8.000 metros de distancia y el misil lo alcanzaba a una velocidad de 1.600 km/h. Tras la primera versión, salió la versión B de la Marina que ofrecía un mejor dispositivo de seguridad/armado para usar a bordo, una mejora en el autoguiado y reducía el humo de la cabeza de guerra. A continuación el Ejército adoptó esta nueva variante que correspondía con el modelo C. Con la guerra del Golfo de 1991 el misil adoptó nuevas mejoras, entre ellas mejor protección ante las contramedidas y un software reprogramable. A partir de 1994, el modelo K se convirtió en la variante más utilizada por el Ejército y la Marina. Aunque se ha llegado hasta la variante R, los modelos K, L y M son las versiones que siguen en uso hoy en día. Desde el inicio de su andadura, el Hellfire vio su primera acción en Panamá, en 1989, contra vehículos y estructuras en la operación Causa Justa. Luego le siguió, en 1991, la operación Tormenta del Desierto en el que fue el primer disparo de la guerra cuando un helicóptero Apache neutralizó un radar iraquí. Y por lo que se refiere a los ataques contra líderes terroristas, desde el año 2001 es el arma preferida para este tipo de acciones. El líder de Hamas, Ahmed Yassin, fue baja en Gaza el 22 de marzo de 2004 como consecuencia de un ataque con Hellfire; Anwar al-Awlaki, líder de Al-Qaida en la Península Arábiga, corrió la misma suerte en Yemen el 30 de septiembre de 2011 y, Abu Yahay al-Libi, comandante adjunto de Al-Qaida, fue eliminado en Pakistán el 4 de junio de 2012. Del Hellfire se han producido más de 60.000 unidades entre todas sus versiones. Su versatilidad hace que sea fácilmente adaptable a los cambios del entorno y de plataforma. Ha pasado de ser montado en helicóptero o dron a ser acoplado en vehículos de tierra, lanzadoras estáticas y pequeñas embarcaciones. Como cualquier sistema de armas de larga duración ha visto intentos de ser sustituido; uno de esos proyectos de sustitución era el misil común conjunto (JCM) que trataba de reemplazar no sólo al Hellfire sino también al TOW y al Maverick: El JCM nunca se llevó a cabo por cuestiones financieras. Este proyecto luego resucitó como el Joint Air to Ground Missile (JAGM) que puede o no seguir adelante dependiendo de los recortes presupuestarios; en el caso de que este proyecto no fuera adelante se puede pensar en una mejora del último Hellfire y llegar al Hellfire III. Sería la continuación de uno de los misiles más grandes que han existido hasta ahora. Sostiene el autor del artículo. («The Hellfire Missile: War on Terror’s greatest weapon?» por Mike Perry en www.specialoperations.com)


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