Recursos Humanos Adiestramiento de limpieza de edificios en besmayah REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015 41 hostil (Irak, Jordania y Siria) y, en definitiva, concede la SSI-FWTS al personal asignado a unidades que se encuentren en tales países bajo el paraguas de la Operación y ratifica el emblema que lo representa7. ¿POR QUÉ A NOSOTROS? Como ya hemos anticipado, a primeros de abril, en la base norteamericana de FOB Hammer, próxima a la base española Gran Capitán, ambas en Besmayah (Irak), tuvo lugar una marcial y emotiva ceremonia, en la que el jefe de la TF 2-505 del US Army hizo entrega, tanto al personal bajo su mando, como a los componentes del contingente español del emblema de combate de su unidad, la 82.ª División Paracaidista. Pero sabiendo ya su significado… ¿Qué es lo que motivó esa decisión? No fue el combate en sentido estricto lo que se tuvo en cuenta, excluido por otra parte del planeamiento de la operación, sino antes bien la amenaza permanente algo más que hostil del enemigo: múltiples células del DAESH8 habían provocado un deterioro creciente de la seguridad en la provincia de Diyala, en cuyo extremo se encuentra el acuartelamiento de Besmayah; en la cercana Bagdad, la media de bajas era, invariablemente, de 300 a 350 civiles muertos al mes, y a ello habría que añadir la ulterior y espeluznante toma de Ramadi, a mediados del mes de mayo y a menos de 100 km al oeste de Bagdad. En esta situación, tanto el Ejército iraquí, como las unidades de la Coalición que lo apoyan y entrenan, se han convertido en objetivos inequívocos de los yihadistas. Aun así, no cabe duda de que la entrega de un distintivo tan preciado precisó de otra circunstancia, más allá del entorno hostil mencionado, que no era otra que la colaboración eficaz y hermanada con las fuerzas norteamericanas. Y a este respecto, el trabajo de nuestros adiestradores no fue fácil; había que adaptarse a nuevos procedimientos y, afrontando la carencia de intérpretes, ir conociendo la idiosincrasia del soldado y de los mandos del Ejército iraquí. Pero todo se iría resolviendo gracias a la ayuda y camaradería ofrecida por los paracaidistas de la Task Force Panther, quienes ya habían iniciado el entrenamiento con la Brigada 75 iraquí, antes de nuestra llegada. Inicialmente, nos fueron asignando la ejecución de tareas de apoyo a sus equipos de instructores ya que ellos tenían el liderazgo para con esta brigada, al igual que nosotros lo tendríamos después. Sabían que, más tarde o más temprano, seríamos nosotros los que tendríamos reconocido el liderazgo absoluto y permanente en el BPC de Besmayah. Y eso les llevó a facilitarnos, con total lealtad, el conocimiento exacto de los métodos que ellos empleaban, para posteriormente ejecutarlos nosotros mismos de forma autónoma. Primero fueron los ejercicios de tiro, luego la instrucción táctica y finalmente, la ejecución de cursos de especialización. Pronto los adiestradores norteamericanos se dieron cuenta de que trabajar con legionarios (extraídos fundamentalmente del Tercio Alejandro Farnesio 4.º de la Legión) no solo era fácil, sino que también podían aprender de nosotros, y no tanto nuestra natural empatía con los soldados iraquíes como los nuevos procedimientos derivados de la gran experiencia de los adiestradores españoles en escenarios tales
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015
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