ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA: EL GRAN CAPITÁN Antonio Ruiz Olmos. General de brigada. Infantería. DEM. En el año en que se cumple el V Centenario de la muerte del Gran Capitán, resulta oportuno profundizar en su vida y aprovechar actos y publicaciones para reflexionar sobre las cualidades que adornaron a una relevante figura de la historia de España, un ilustre montillano que ganó el aprecio de sus hombres y el respeto de sus jefes cuando todo en su entorno cambiaba, en plena formación de la España que hoy conocemos y en su transición al Renacimiento. Con esa finalidad se presentan cinco colaboraciones que ilustran la prolija vida de nuestro admirado compatriota, que termina en Loja, población próxima a Granada, y que empieza también en ella, en Granada, el último de los pueblos incorporados al escudo de España. El duro camino que condujo a la incorporación de Granada a la Corona de los Reyes Católicos, sintetizado por el teniente general don Juan Antonio Álvarez Jiménez en su colaboración, es también el camino que sigue don Gonzalo hasta sobresalir como jefe militar, ganando la confianza y el reconocimiento de sus jefes y el respeto de sus soldados. Durante la guerra de Granada, se le asignan misiones que solo pueden encomendarse a un hombre de extraordinaria lealtad. Es el tiempo en el que recibe los primeros mandos de tropas, siempre en el frente y al frente de sus hombres. También será su escuela y la forja imprescindible para el éxito en las campañas napolitanas. Siguiendo a don Gonzalo Fernández de Córdoba en el ejercicio de sus responsabilidades como «agente de la política exterior de la Monarquía Católica», el doctor don Juan José Primo Jurado nos lleva hasta las campañas en Italia y lo presenta en toda su dimensión. 68 REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015 Lo identifica como el primer general de un ejército moderno, como diplomático y hábil negociador. Destaca, en su recorrido por la historia, las dotes de liderazgo exigibles al que ejerce mando: valentía, capacidad para tomar decisiones sobre la marcha, respeto al adversario, maestro de expertos y duros soldados a los que conquista hasta proclamarlo como Gran Capitán en el campo de batalla. Y su inquebrantable lealtad a la Corona, cualidad imprescindible que debe adornar al que no es más que depositario de las armas de la nación. Y así, en Nápoles, el general de división don José Manuel Mollá Ayuso nos lleva hasta Ceriñola, lugar en el que don Gonzalo hace virtud de la adversidad y enseña a sus cansados soldados las luminarias de la victoria antes de llevarlos al combate. Se presenta al montillano como genio militar, como estratega que se anticipa al Renacimiento tanto por el fondo como por la forma para llegar a sus decisiones, tras el análisis de la situación y contando con el asesoramiento de sus capitanes. Recorriendo los trazos de la batalla de Ceriñola se muestra la habilidad táctica de don Gonzalo para imponerse a un adversario que le supera en fuerzas, y su rotunda victoria lo introduce en la leyenda con la admiración del vencido rey de Francia. Una victoria que despierta el interés para profundizar en las innovaciones introducidas en los ejércitos por el, ahora sí, Gran Capitán. En este sentido se dirige el riguroso análisis que presenta el coronel de Infantería don Benito Tauler Cid, imprescindible para conocer el legado que el Gran Capitán deja a las siguientes generaciones de soldados. Un legado que abarca aspectos propios de la organización
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015
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