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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015

la masa de peones y su división en subconjuntos táctico-administrativos distintos de las tres batallas: centro y dos alas. La infantería suiza fue, a mediados del siglo xv, la primera en presentar un cuadro rígido que podía permitir la salida del mismo de individuos armados con la alabarda o el mandoble para enfrentarse al enemigo cuerpo a cuerpo y regresar a la protección del cuadro. La infantería de Su Majestad Católica no se limita a adoptar su estilo sino que, en pasos sucesivos, lo revolucionará por la combinación de los infantes españoles y de los lansquenetes alemanes, dando los primeros flexibilidad, y los segundos fortaleza; y para fundirse ambos posteriormente en unidades mixtas de fuego, movimiento y choque. Don Gonzalo divide su fuerza en función de la misión que recibe. La descompone en razón de los objetivos que tiene que alcanzar para cumplir su misión. Asigna cada objetivo, que contribuirá a la consecución del objetivo general, a un grupo de su fuerza, creando las unidades tácticas. Pero a su genio no escapa que la instrucción y cohesión de los combatientes aumenta, si estos compañeros de grupo tienen permanencia, es decir naturaleza administrativa. El siguiente paso es poner a cargo del grupo una cabeza capaz y profesional, el capitán, con «autoridad real» 94  REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015 administrativa y táctica. Nace la compañía, de las que llegará a disponer de veintitrés. Las necesidades de instrucción, del combate con la exigencia de adaptarse al terreno, al tiempo y de vida harán que cada compañía, a su vez, se divida en escuadras cada una de treinta hombres bajo el mando de un modelo, táctico y después administrativo para el soldado: los suboficiales. Las compañías, en principio sin ningún apellido, se especializarán, serán en verdad la única unidad táctica de combate de la infantería hasta el inicio del siglo xviii, siendo las restantes unidades elementos de encuadramiento que permitirán la creación de agrupamientos tácticos, con hombres y cuadros de mando para acciones específicas. LOS OFICIALES: VIVOS Y REFORMADOS Las campañas italianas consolidan la importancia de disponer de buenos mandos en las compañías, pero a su vez empieza el desgaste de las unidades, quedándose muchas de ellas en cuadro. Llegado este punto aparecen en la infantería española un par de figuras: el oficial vivo y el reformado. El infante es un elemento caro y valioso cuya existencia trasciende más de una acción o una campaña. Las unidades desgastadas no se disuelven, se reforman para encuadrar a otras mediante osmosis. Si el infante es valioso, más valiosos son los mandos. Se reformarán unidades, pero no hay razón de desaprovechar los mandos sobrantes, don Gonzalo los reformará disponiendo siempre de una excelsa reserva, serán combatientes y asesores, dándoles acomodo en su escuadra. El Gran Capitán reúne en su inmediata cercanía hombres leales, poseedores ya de las técnicas de combate, que según las circunstancias pueden asesorar, transmitir órdenes, reforzar la acción de mando y aumentar la cohesión. Estos son los reformados, figura clave para entender la capacidad combativa del nuevo ejército. Así, en nuestras compañías, tercios y regimientos, podrán existir varios alféreces, capitanes, maestres. Uno solo mandará en guarnición y campaña, pero en combate permitirán estructurar las unidades, aumentado la cohesión y harán de ellas cuadros irreductibles. Cruz de Borgoña. Adoptada como símbolo de los Tercios españoles


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