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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2015

VIVIDO Y CONTADO Esta integración es un camino sin retorno y, como se ve, hay voluntad firme para que las mujeres ocupen en las Fuerzas Armadas los puestos que por sus méritos y capacidades se merezcan, sin que el pertenecer al sexo femenino sea un obstáculo ni un impedimento. La ley es clara y la voluntad también; queda ahora por ver la parte práctica, la integración real de la mujer en las unidades y la adaptación de la Armada a las particulares necesidades de las mujeres. Desde aquella Ley de 1999, la incorporación de las mujeres a las dotaciones de los buques ha ido realizándose poco a poco, embarcando primero en unidades grandes por la facilidad para diferenciar alojamientos, hasta la actualidad, en que no hay limitación de embarque de mujeres en ningún buque, incluso en submarinos. La convivencia a bordo, las relaciones personales, los problemas sentimentales, nos han permitido a todos ir aprendiendo a tratar las nuevas situaciones que se presentan derivadas de la diferencia de sexos. Anécdotas para contar hay muchas, y los que vimos comenzar este proceso tenemos nuestra propia experiencia. La que aquí narro es otra más en el camino ya recorrido de la adaptación de la Armada a las necesidades de las mujeres y su integración a bordo. El tramo que falta por recorrer seguro que será más corto. Operación SIERRA-JULIET de ayuda humanitaria a Irak A la finalización, en marzo del 2003, del ejercicio anfibio GRUFLEx 01/03 en el golfo de Cádiz al mando del COMGRUFLOT, un temporal de poniente mantenía cerrado por seguridad de la maniobra el puerto de la Base Naval de Rota. Tanto el LPD Galicia (L-51) como el resto de buques de la Flota tuvieron que retrasar la entrada en puerto dos días. En la mañana del 18 de marzo, al notar una ligera mejoría del tiempo, se pudo realizar la maniobra de entrada, y a mediodía, el Galicia había desembarcado todo el personal y material, tanto de la Unidad Aérea como de la Infantería de Marina, así como el Estado Mayor y la dotación propia del buque. La siguiente salida no estaba prevista hasta dos semanas más tarde y tocaba en ese tiempo realizar algunas obras de mantenimiento. En televisión, aquella tarde se retrasmitía el debate sobre el Estado de la Nación que cada año tiene lugar en el Congreso de los Diputados. Tras los días pasados en la mar, y ya en el relax del sillón de casa después de la comida, la atención sobre la discusión entre sus señorías la verdad que no era mucha, aunque ahí estaba el debate de fondo. El sueño era inevitable. —¡Despierta, que te vas para Irak! —¿Cómo? 100 Julio


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