Page 92

REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2015

TEMAS GENERALES jo?... El libro nos transmite la idea fuerza de que dirigir o mandar es servir a una causa que necesita del concurso de todos. Un buen líder debe estar pendiente de sus subordinados para atender a sus aspiraciones y necesidades legítimas, aprovechando sus capacidades al máximo. Confío en que estas observaciones —constructivas— sirvan para llamar la atención sobre el interés por los temas de personal en esa gran familia militar, tan dispar, que forman las Fuerzas Armadas para la defensa y seguridad de la nación, a la que se le pueden aplicar los modernos métodos empresariales de dirección. En el tiempo en que vivimos, los cambios acelerados que imponen los avances tecnológicos nos han llevado a la globalización política, económica y social, y no podemos continuar con los métodos de mando y dirección de personal que se utilizaban en tiempos pasados, donde lo importante era obtener victorias por el empleo de la fuerza masa. Hoy en plena sociedad de la información y de la comunicación, las organizaciones militares requieren una gran dispersión de la responsabilidad a los niveles más bajos, lo que obliga a confiar en las decisiones inteligentes de todos. Es por ello que en las unidades, del tipo que sean, se necesitan los equipos con personal fuertemente motivado y compenetrado con la utilización de materiales altamente sofisticados. La especialización para el manejo de estos equipos ya no requiere tanto del funcionamiento disciplinado que impone el ejercicio de la acción del mando como de la responsabilidad personal y el ánimo que suscita el liderazgo. Por eso, todos ellos deben sujetarse a los dictados de la orgánica establecida y aprobada con anterioridad. Siempre me ha llamado la atención la operatividad de los submarinistas en inmersión, donde solo habla el comandante que da órdenes precisas y que son repetidas por los afectados. Es un sistema de mando operativo, sin explicaciones. De la misma forma he visto funcionar una batería de artillería antiaérea efectuando tiro sobre una manga remolcada por un avión; solo hablaba el capitán (era mi hermano). Me recordó al submarino. Se dan órdenes que son cumplidas con exactitud por mor de la eficacia, no hay otra manera de actuar. Muy distinto es cuando se trata de los mandos en operaciones anfibias y de guerra naval especial. En estos casos actúa más intensamente el líder que ejemplarmente arrastra e impulsa a la acción. Todos ellos asumen su deber, sin tener en cuenta sus condiciones personales y dejando las responsabilidades familiares que quedaron muy atrás. El líder y su equipo actúan como si fuesen una familia, unidos, asumiendo los riesgos y abstraídos en el cumplimiento de su misión. Lo anterior significa disponibilidad y capacidad de entrega al servicio, condición que comparten la totalidad de los miembros de las organizaciones militares, siempre dispuestos a dejar atrás todo lo que significa estabilidad y acomodamiento familiar. Pero, por eso precisamente, el Estado ha de cubrir ese flanco inseguro del elemento militar con la acción social, para que este no tenga que estar preocupado, o lo menos posible, de lo que no sea la misión. 2015 91


REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2015
To see the actual publication please follow the link above