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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 126

JUAN ANTONIO GÓMEZ VIZCAÍNO Los diques, por su parte, medían 91,36 x 21,26m y 81,02 x 21,26m, cuando los navíos mayores no pasaban de 70 metros. Una vez consolidada debidamente la obra, en 1758 pudieron efectuarse las pruebas de estas construcciones. El 23 de enero se introdujo en el dique pequeño la fragata Astrea, pero hubo que sacarla transcurridos dos días porque por algunos sillares inferiores brotaba el agua. Más tarde, una real orden de 18 de febrero de 1758 dispuso la entrada en el dique grande de carenar del navío Terrible, operación que se ejecutó el 11 de marzo y a la que, por cierto, no pudo asistir el comandante general por encontrarse indispuesto desde hacía varios días. Feringán, no obstante, le entregó un amplio y ajustado informe que le sirvió de base para poner en conocimiento de Arriaga el día 15 que, a las once de la mañana del citado día 11, «se presentó en la embocadura de él el cajón, ajustándole y cargándole bien, quedando medio abiertas las puertas de dicho dique. El 12 por ser domingo, no se trabajó; y sólo se preparó lo necesario para presentarle las escoras, cuando sentase sobre los picaderos: El 13 se empezó a las 8 de la mañana a achicar el agua, que se ha continuado este trabajo con la gente forzada todo este día, y quedó sentado el navío generalmente sobre los picaderos a la una de la tarde, en la que se continuó el desagüe, quedándole 9 pies de agua al anochecer, y por disposición del Ingeniero director sólo se achicaron en aquella noche 2 pies manteniéndose con 7 hasta la mañana del 14, que entrando para apurarle gente libre al trabajo de las bombas a las 8 de ella se observó un movimiento universal, y quebrantamiento de cantería por la parte del asiento de las puertas, que en la noche anunció el trabajo recio que se hizo para unirlas, y no se pudo conseguir, a causa (según se discurre) de haberse levantado el pavimento, rompiendo algunos golfos, y piezas de estas; habiéndose reconocido también en la propia noche haber hecho asiento el navío sobre los picaderos, como de 3 a 4 pulgadas y reconociendo el constructor, que dicho navío había perdido algo de su nivel le reparó de esta novedad, y continuando el desagüe cesó este por providencia del expresado ingeniero a las diez del mismo día, recelando mayor daño si se le apurara el agua, y se volvió a intentar el cierre de las puertas por todos medios hasta las 12 sin lograr poderlas cerrar ni abrir, en cuyo intermedio, y hasta las 4 de la tarde creció el agua más de 2 pies de la que producían los quebrantos y respiraderos del pavimento y acordando otra cosa después, mandó el mismo ingeniero, que se volviese a achicar el todo del agua en lo que se está entendiendo» (23). Spínola solicitó otro informe al constructor, quien le entregó un plano del daño reconocido en el dique. Advirtiendo ciertas discrepancias entre este informe y el de Ferigán, el teniente general dispuso la celebración de una junta en la que, bajo su presidencia, el intendente puso de manifiesto las órdenes recibidas de Arriaga: (23) AMC, CH-2213, exp. 3. 38 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 126


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