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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 126

RAQUEL SIGÜENZA MARTÍN de su vida disfrutó de numerosos oficios de relevancia, lo que apunta a un alto estatus económico de sus padres. Fue notario imperial entre 1369 y 1380, y en 1373 ya estaba a la cabeza de la oficina episcopal. Parece que fue ordenado sacerdote alrededor de 1380, que desempeñó su labor pastoral durante siete años en la iglesia de San Galo de la Ciudad Vieja de Praga, y que se encargó de la capilla del arzobispo Jan Ocko de Vlasim, como capellán de la misma en la catedral de San Vito, entre 1380 y 1390. Estudió leyes en las universidades de Praga y Padua, y se doctoró en Derecho Canónico, en 1387, en esta última. A su vuelta a Praga siguieron sucediéndose los nombramientos: en 1389 logra una canonjía en la colegiata de San Gil, y en San Pedro y San Pablo de Vysehrad; al año siguiente pasaría a ser arcipreste de Zatec, cargo que mantendría hasta su muerte. Algunos autores sostienen que no fue arcipreste sino archidiácono. Pero, siendo el diaconato una orden sacra de grado inmediatamente inferior al sacerdocio, parece más probable que el cargo que ejerció fuese el de arcipreste, dado que para entonces nuestro protagonista ya era sacerdote. En 1389 había llegado a lo más alto de su carrera al ser nombrado vicario general del arzobispo Jan de Jenstein (1348-1400). Esto, no obstante, le colocó en el medio de una disputa entre el prelado y Wenceslao IV (1361-1419) que tuvo como resultado su propia muerte, tras ser torturado por el monarca en 1393. El retrato que la historia nos ha dejado de este rey bohemo no puede ser peor. Sin aptitudes para el gobierno, y más preocupado de sí mismo que de los asuntos de Estado, durante su mandato se agravó la crisis económica, religiosa y social que asolaba Bohemia desde hacía un tiempo y que había clausurado el período de esplendor abierto por su padre, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos IV (reinado, 1346-1378). Uno de los momentos más dramáticos durante sus constantes enfrentamientos con el arzobispo de Praga (3) tuvo lugar cuando Wenceslao quiso crear su propia sede episcopal en Kladruby, lejos de la jurisdicción de Jenstein, y aprovechando la muerte del abad Racek para imponer en su lugar a un prelado que le fuera favorable. Pero, de manera inmediata al fallecimiento, sin dejar tiempo de reacción al gobernante, los monjes eligieron a Olen como sucesor del mencionado abad y Jenstein ratificó el nombramiento, lo que desbarató los planes del monarca. Poco tiempo después, rey y arzobispo convinieron en mantener una reunión pacífica pero, al llegar al lugar concertado, un enfurecido Wenceslao mandó apresar a Jan Nepomucký junto con Nicolas Puchník, que era otro oficial de Jenstein, y al preboste Knoblock. Los tres fueron interrogados en la sala capitular del castillo, y tanto nuestro protagonista como Puchnik sufrieron diversas torturas para, finalmente —y bajo la amenaza de ser arrojados al río, donde perecerían ahogados—, ser obligados a firmar un documento en el que se comprometían a abandonar al arzobispo y (3) Acerca de la vida de este prelado, y en concreto sobre su enfrentamiento con Wenceslao IV, véase WELTSCH. 54 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 126


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