Page 14

REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 326

Un complejo entramado de facciones INTENTAR identificar con exactitud quién lucha en la guerra de Siria, junto a quien, por qué y qué territorio tiene cada uno es, sencillamente, imposible. Pero lo que sí tendrán que dirimir los responsables del proceso de Ginebra (ahora es allí donde se debe supervisar el alto el fuego y avanzar en las negociaciones) es qué grupos se sientan a dialogar y qué terreno tiene conquistado cada uno. Entre los fieles a Al Assad, además de las Fuerzas Armadas (se calcula que en este momento disponen de unos 200.000 efectivos) están las Fuerzas Nacionales de Defensa y los Comités Populares. Las primeras, creadas por el Gobierno sirio en 2012 para paliar las deserciones entre los miembros de las FAS, están integradas por voluntarios y soldados en la reserva y se calcula que tiene unos 100.000 miembros. Los Comités Populares son milicias de vecinos organizados en las distintas ciudades para proteger sus barrios (en este momento, el Gobierno controla las urbes más importantes del país como Damasco, Homs, Latakia, Tartus, Hama y buena parte de Alepo). Están pagados y entrenados por Damasco. Además, las fuerzas de Bacher al Assad han contado desde el principio con el expreso respaldo de Irán que ha desplegado sobre el terreno a sus milicias de pasdaran (cuerpos de la guardia revolucionaria islámica, de los que se calcula que hay en Siria unos 10.000 efectivos), con voluntarios Maysun/EFE Rebeldes sirios revisan un edificio durante un enfrentamiento con fuerzas del Gobierno de Damasco en Alepo, el pasado mes de enero. chiitas venidos desde el propio Irán, Irak o Afganistán, además de con los guerrilleros del Hezbolá libanés. Y, desde el pasado mes de septiembre, con el apoyo aéreo e incluso terrestre de Rusia que ha transformado la dinámica del conflicto: los fieles a Damasco han obtenido importantes victorias militares, más contra las fuerzas rebeldes que contra el Estado Islámico o Al Nusra. Han tomado el corredor que pasa por Homs y Hama hasta Alepo, donde se está cerrando un cerco que permitirá contar las vías de suministro de los rebeldes desde Turquía. Además, han recuperado buena parte de las zonas perdidas en las provincias meridionales de Deraa y Qunetria y se aproximan a la estratégica ciudad de Idlib que concectaría Damasco con Alepo∫ Los opositores al régimen son muy heterogéneos, y, en el momento de la tregua se contabilizaban más de 30 facciones. El grupo más importante es el Ejército Libre Sirio (ELS), integrado al comienzo de la guerra por oficiales desertores del Ejército regular. Se han ido subdividiendo por zonas en grupos de autodefensa integrados por milicianos civiles. Cuentan con la financiación de varios países del Golfo, sobre todo Catar y Arabia Saudí. Se calcula que en este momento hay 27 facciones agrupadas en la denominación ELS bajo el mando del general Abdulá Al Bashir. Entre ellas destaca el Frente Sur, que integra 29 brigadas muy presentes en la zona oeste del país. En las últimas semanas han sufrido importantes derrotas a manos de la aviación rusa, y apenas mantienen tres bolsas bajo su absoluto control: una alrededor de Idlib, al oeste, otra al sur, y la otra en las proximidades de Homs. Otros grupos rebeldes reconocidos son Los Liberados de Sham, integrada por unos 10.000 voluntarios y el Ejército del Islam, concentrados en la periferia de Damasco. Los yihadistas del Daesh están centrados en consolidar su dominio en la provincia de Deir el Zur, en medio del valle del Eúfrates, una ruta vital para garantizar el tránsito entre Siria e Irak. Muy tocados por los ataques selectivos de la coalición contra sus cuarteles generales, tienen serios problemas logísticos y de financiación. Los yihadistas (no se sabe el número exacto, pero sí se calcula que su número se ha reducido en más de un 10 por 100 respecto a los 35.000 que tenían hace unos meses) se están replegando hacia sus dos bastiones: Raqqa, en Siria y Mosul en Irak. En el país vecino, la coalición consiguió el pasado diciembre expulsarles de Ramadi, lo que implicó la retirada de varias brigadas de yihadistas hacia Siria. Al igual que ha ocurrido con los peshmerga en Irak, los kurdos de la zona este de Siria han resultado ser unos fieles aliados contra el Daesh y ya controlan buena parte de la frontera con Irak hasta el Éufrates, pero Turquía no ve con buenos ojos el constante avance de las denominadas Fuerzas Sirias Democráticas (SDF), una alianza de kurdos y árabes sunitas cuyo brazo armado sobre el terreno son las Unidades de Protección Popular (YPG). Estas guerrillas kurdas, quizás las únicas laicas de las facciones que se enfrentan en Siria a al Assad y a los yihadistas y que han obtenido importantes victorias militares (a finales del pasado año lograron evitar la toma de Kobane por el Daesh) han sido acusadas por Ankara de estar vinculadas al PKK kurdo (el grupo terrrorista de la minoría kurda en Turquía). No hay ninguna constancia de ello, pero lo cierto es que el temor del gobierno de Ankara a que se consolide una fuerte autonomía kurda en el norte de Siria es evidente y ya ha anunciado que no permitirá que el avance kurdo llegue hasta su frontera (ahora mismo están a unos seis kilómetros). La implicación directa de Turquía en el conflicto complicaría mucho más cualquier proceso negociador. 14 Revista Española de Defensa Marzo 2016


REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 326
To see the actual publication please follow the link above