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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 326

Coronel José María Gutiérrez del Olmo, jefe del contingente español en Irak «Los iraquíes ya se ven capaces de expulsar a los yihadistas» LOS últimos reveses del Daesh en Irak, con la pérdida de algunos de los enclaves que dominaban, marcan un «punto de inflexión» en la iniciativa de los combates y son una «inyección de moral para el Ejército iraquí». Así lo cree el coronel José María Gutiérrez del Olmo, al mando de los 300 militares españoles que colaboran en el adiestramiento de las fuerzas locales. La mayoría del contingente se encuentra en el BPC Besmayah. Pertenecen a la Brigada Extremadura XI, y, desde mediados de diciembre, dan continuidad al trabajo de los anteriores instructores de la Legión y la Brigada Paracaidista. —¿Cómo han transcurrido estos primeros dos meses de misión? —El balance es muy positivo. Nos hemos tenido que adaptar en muy poco tiempo a las actividades de adiestramiento de la Brigada 72, que ya estaba en Besmayah y hemos llevado a cabo su última fase de entrenamiento. Los resultados obtenidos han sido muy satisfactorios. Durante las dos últimas semanas hemos realizado dos ejercicios de fuego real con cada una de las compañías de Infantería, integrando los apoyos de fuegos y de ingenieros con los que cuentan los batallones y hemos podido apreciar una mejora considerable de su capacidad de combate. Todo el contingente español está ya perfectamente adaptado en el cumplimiento de su misión específica y hemos conseguido también la integración del personal portugués, británico y norteamericano que trabaja con nosotros en el destacamento. —¿Esos primeros días de adaptación son los más difíciles? —Sí. Sin duda. Cuando llegamos a Irak, a mediados de diciembre, la Brigada 72 estaba ya siendo adiestrada por la Brigada Paracaidista. En muy poco tiempo tuvimos que adaptarnos y continuar su trabajo, con el objetivo de que los jefes de las unidades iraquíes no percibieran un bajón en las actividades de instrucción. Creo que ese objetivo lo cumplimos gracias a la implicación y al esfuerzo realizado por todo el personal que está bajo mis órdenes, tanto en las planas mayores, como en los equipos de instructores, de protección y de apoyo logístico y sanitario. —¿En qué condiciones llegan los soldados iraquíes al centro de adiestramiento? —Hasta este momento se han adiestrado en nuestro BPC dos brigadas del ejército iraquí, la Brigada 92 y la Brigada 72. Son unidades que ya estaban constituidas orgánicamente, que no partían de cero, pero sí que llegaban a Besmayah con carencias, tanto de material, armamento y equipo como de instrucción de su personal y de adiestramiento de sus unidades, carencias que tratamos de corregir a lo largo del tiempo que están con nosotros. En concreto, durante la primera semana, se les entrega todo el armamento y vehículos necesarios para completar su dotación. Este material es suministrado por el Ejército norteamericano y nosotros nos ocupamos de su recepción y distribución a las unidades de la brigada. Posteriormente, tenemos doce semanas para desarrollar nuestro programa de instrucción, dedicando las dos últimas a evaluar el nivel alcanzado por sus unidades. PIO Irak/EMAD —¿Los soldados iraquíes consiguen ahora mejores resultados en el frente? —En mi opinión, sí lo están consiguiendo. En los últimos meses, las Fuerzas de Seguridad iraquíes, apoyadas por la coalición, han conseguido recuperar las ciudades de Sinjar y Bayji, ambas situadas en el norte del país y con una gran importancia desde el punto de vista de las operaciones, y en este momento están desplegando unidades con vistas a la recuperación de Mosul. Además, nos encontramos en la fase final de la recuperación de la ciudad de Ramadi y se está ejecutando el cerco sobre Faluya. Es una inyección de mo- 8 Revista Española de Defensa Marzo 2016


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