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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 123

JOSé DE MENDOzA y RíOS, UN GRAN OFICIAL DE MARINA y EMINENTE... ese navío pasó al Oriente y, con quince años recién cumplidos, obtuvo el ascenso a alférez de navío por haber entrado en combate y acreditado su valor. Embarcó en 1779 en la urca de 40 cañones Santa Inés, con la que zarpó para Manila y, siendo apresado dicho buque por otro de Gran Bretaña, a la sazón en guerra con España, Mendoza fue llevado a Cork (Irlanda), donde permaneció prisionero durante un año. Tras su liberación se le destinó al Departamento de Cartagena. Teniente de navío con dieciocho años y medio, tomó el mando de la batería flotante Rosario durante el gran sitio de Gibraltar (5). Desembarcó doce días antes de la famosa función del 13 de septiembre de 1782, al haber sido elegido ayudante de órdenes por el duque de Crillón, que mandaba todas las fuerzas del mencionado sitio. En ese destino permaneció hasta que, finalizadas las operaciones, fue embarcado en el navío Arrogante, del que pasó a la capitanía del puerto de Cádiz en 1786. Su siguiente destino de embarco fue la fragata Santa Rosa, comandada por don Federico Gravina (6), formando parte de la «Mayoría» (Estado Mayor) de la Escuadra de Evoluciones, del mando de don juan de Lángara. Era el primer intento de crear en tiempo de paz una escuadra de instrucción para aumentar el adiestramiento de oficiales bien seleccionados. En abril de 1787, pocos días después de embarcar en la Santa Rosa, Mendoza fue desembarcado por razones de enfermedad (7). Si la Real Armada no hubiera valorado entonces a aquellos de sus oficiales que mostraban interés por la ciencia, la persistente mala salud de Mendoza Ríos podría haber determinado su baja en la institución. Afortunadamente no sucedió así, pues recibió el encargo de continuar con su tarea náutico-científica. Ascendió a capitán de fragata (entonces no existía el grado de capitán de corbeta) por el mérito alcanzado al publicar su Tratado de navegación, momento en que puede darse por finalizada su carrera marinera en un sentido tradicional y por iniciada (8) una nueva carrera, ahora científica, en áreas de interés para la navegación cuya amplitud y gran difusión trataremos de reflejar a continuación. Su obra Exponemos su obra clasificándola en tres apartados: las publicaciones, entre las que destacan las tablas para «despejar» las distancias lunares; las comisiones que desempeñó en Francia y Gran Bretaña, encomendadas por la Real Armada, y por último, sus propuestas de ampliación y modernización de esta. (5) BLANCO NúñEz, j.M.ª: La Armada en la segunda mitad del siglo xVIII. IzAR, Madrid, 2004, p. 154. (6) Ibidem, p. 190. (7) Esta fue una de las primeras manifestaciones de su débil salud, de la que dará reiteradas muestras a lo largo de toda su vida (8) Ese comienzo está detallado en PADILLA PORRAS, Carmen de: «En busca del real decreto perdido», en Revista de Historia Naval, núm. 115, p. 53. Madrid, 2011. Año 2013 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 57


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