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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 123

JOSé DE MENDOzA y RíOS, UN GRAN OFICIAL DE MARINA y EMINENTE... era el Real Observatorio Astronómico de Madrid, construido por orden de Carlos III en 1792. Desgraciadamente, su utilización fue muy breve, porque las tropas napoleónicas lo destruyeron para aprovechar su estructura de madera como combustible, aunque, milagrosamente, se pudo recuperar el espejo (11). No es arriesgado aventurar que el telescopio de Herschel, si hubiera sido destinado al Observatorio de San Fernando, se habría librado de la barbarie de los invasores, puesto que estos, como es bien conocido, fracasaron en su largo asedio de Cádiz y la Isla de León. Tras la firma en 1795 de la paz de Basilea, con la que se puso fin a la guerra hispano-francesa del Rosellón, ambos países decidieron unir fuerzas contra Gran Bretaña, enemigo común. Con este objetivo, en 1796 Manuel Godoy, en nombre del rey Carlos IV, firmó con Francia el tratado de San Ildefonso (12), por el que ambos países sellaban una alianza contra el Reino de Gran Bretaña. Ese mismo año dimitió el ministro Valdés como consecuencia del asunto Malaspina, y la Secretaría de Estado de Marina ordenó a Mendoza regresar a España. Durante su estancia en Gran Bretaña se ocupó de supervisar la construcción de los fanales de reverbero (13) para la Torre de Hércules, en La Coruña, y el Faro de San Sebastián, en Cádiz. Asimismo dirigió la formación de técnicos de relojería y piedras preciosas de elevada dureza, principalmente rubíes y corindones. A pesar de estar dado de baja en las lista de la Real Armada, tanto esta como el gobierno siguieron confiando en él, de manera que continuó trabajando para su patria como si tal circunstancia no se hubiera producido. Propuestas En 1780 propuso la creación de lo que él llamaría «la Biblioteca Marítima », para cuya ubicación sugirió la flamante Población Naval de San Carlos, en la Isla de León (Cádiz). La Biblioteca Marítima no consistía simplemente en un conjunto de libros y publicaciones, como podría deducirse de su denominación, sino que se concebía como una institución donde, como decía su promotor, «los individuos ilustrados de la marina se junten para cultivar y comunicar sus luces». Mendoza esperaba que se convirtiera en un centro desde donde sus componentes irradiaran conocimiento y ciencia para la (11) El telescopio ha sido fielmente reconstruido y se muestra actualmente en el madrileño Museo del Observatorio Astronómico del Retiro. (12) Una de las cláusulas del tratado estipulaba que la alianza militar entre ambos países sería ofensiva y defensiva. A requerimiento de cualquiera de las partes firmantes, la otra la socorrería en el plazo de tres meses con una flota de 15 navíos de línea, 6 fragatas y 4 corbetas, todos ellos debidamente armados y avituallados. A esta armada deberían añadirse fuerzas de tierra integradas por 18.000 soldados. (13) Fanal de reverbero sería equivalente a fanal o farol de reflexión. La fuente luminosa, por lo habitual mecha con aceite, se potenciaba direccionalmente por reflexión sobre unos espejos cóncavos de latón pulido que la rodeaban. Año 2013 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 61


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