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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 319

A través del servicio de telemedicina del Gómez Ulla los médicos valoran si es posible realizar el traslado a España Ministerio de Defensa. Viajó a España en marzo de 2012, acompañada de su hermano Zoyef. En el hospital Sant Joan de Déu, tras ser tratada para combatir la infección, se enfrentó a una complicada a la par que innovadora intervención, los doctores Ramón Huguet y Alejandro Muset transplantaron el peroné de la pierna sana de la pequeña, a la que había sido afectada por la enfermedad, lo vascularizaron y consiguieron igualar la altura de ambas extremidades. Poco a poco el cuerpo de la niña identificó el peroné injertado como si fuera la tibia, lo que hizo posible que creciese a la misma altura que la pierna sana y la niña pudiera caminar perfectamente únicamente con tibias en las dos piernas. En el verano de ese mismo año se le volvió a intervenir para retirarle los hierros de fijación que le habían insertado durante la primera operación. Durante la recuperación de la pequeña los hermanos Saberi se alojaron en la Residencia Logística Militar Pedralbes donde recibieron el cariño del personal y aprendieron a hablar español viendo dibujos animados en la televisión y cantando canciones en nuestro idioma. El entonces director de la residencia, el teniente coronel Alberto Irigaray Berenguel y su esposa, les trataron como parte de su familia, llevándoles a pasear o a realizar excursiones. Mientras, se procuraba que no hubiese rotura con el vínculo familiar, intentando que hablasen diariamente con su madre y realizando videoconferencias cuando había posibilidad. En noviembre Zainab era dada de alta y viajaba de vuelta a Afganistán. Posteriormente, la niña acudió a revisiones al hospital español en Qalai Naw donde algunos meses después se certificó su completa recuperación. En septiembre de 2013, los doctores Julio-Agosto 2015 reportaje Huguet, Pomes, Muset y Cambra recibieron la cruz del mérito militar con distintivo blanco los dos primeros, la cruz del mérito naval con distintivo blanco el tercero y la cruz del mérito aeronáutico con distintivo blanco el último, como reconocimiento a su labor en este caso. EL PRESENTE DE BASHIR BASHIR Hambullah fue el primer afgano en ser trasladado a España para tratarle de su enfermedad, un cáncer linfático infantil que, a sus once años, le había deformado por completo y le conducía a un trágico final. Aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz en marzo de 2002, acompañado por uno de sus tíos y por el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo. Durante cinco años, un amplio equipo médico, con el doctor Luis Madero, jefe de la Unidad de Oncología y Trasplantes del hospital infantil Niño Jesús, a la cabeza, lo estuvo tratando. Mientras, Bashir hacía la vida normal de cualquier niño de su edad en nuestro país, donde acudió a la escuela y fue acogido por el intérprete del Ejército Nader Mehrpuya (que le acompañó en todo momento) y su esposa. Dos o tres veces al año viajaba (aprovechando los vuelos de relevo de contingente) a ver a su familia, con la que tenía contacto telefónico y por videoconferencia constante y, en cuanto su estado de salud lo hizo posible, comenzó a pasar las vacaciones de verano en Afganistán. De este modo, Defensa procuraba que el vínculo familiar no se rompiese y que él fuese consciente de que había venido a España para curarse y que, cuando estuviese bien de salud, volvería con su familia, a su aldea, Morat Khoyá, cerca de la capital afgana. Algo que sucedió en el verano de 2007, cuando se le dio el alta definitiva. Bashir estaba recuperado completamente. Aunque sabía que tendría que regresar, a Bashir le costó volver a su casa y adaptarse de nuevo. Pero tres años más tarde comenzó a trabajar de conductor y traductor en la agregaduría de Defensa en Kabul, puesto que conserva actualmente. Su familia consiguió saldar las deudas que había contraído (antes de que el muchacho fuese tratado por los médicos españoles) con prestamistas locales para llevarle a diversos curanderos de la zona e incluso, con el tiempo, pudieron construirse una casa nueva más amplia y montar una tienda de telas y ropa. Hoy Bashir es un hombre respetado y admirado en su aldea, donde, a pesar de su juventud, tiene voz en el consejo de ancianos. Verónica Sánchez Moreno Revista Española de Defensa 29 Bashir es recibido por militares españoles en Kabul, en marzo de 2005, después de su tratamiento en España. MDE


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