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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 319

A N Á L I S I S se han producido en suelo saudí en la actualidad han sido contra mezquitas chiítas con el objetivo de apoyar al gobierno saudí en su lucha contra el chiísmo en Yemen. La libre interpretación que hacen del Corán, y en definitiva, de la Sharia (Ley Islámica), les legitiman a cualquier atrocidad en nombre de la religión. Sin embargo, esto ha provocado que el resto de las cuatro ramas de interpretación de la Sharia y demás corrientes sunitas los tachen prácticamente de herejes, haciendo caso omiso, y muchas veces escandalizándose, de las fatuas emitidas por estos radicales. La corriente wahabita es una gran exportadora de imanes a las mezquitas con el objeto de extender su influencia religiosa a occidente. El gobierno marroquí ha creado una escuela de imanes con el objeto de intentar frenar estas corrientes tan extremistas que, desde luego, no hacen ningún bien al Islam. Sin embargo, siempre de acuerdo con el Corán, estas malversaciones de la religión hechas con fines políticos no pasarán sin castigo a los ojos de Dios («Quienes ocultan algo de la Escritura que Dios ha revelado y la malvenden, solo fuego ingerirán en sus entrañas… Tendrán un castigo doloroso», 2:174) («Dios perdona solo a quienes cometen el mal por ignorancia y se arrepiente en seguida», 4:17). CONCLUSIONES Daesh inunda las redes sociales con mensajes incitando a la violencia, llamando a filas a jóvenes que lo tienen todo perdido, incluida la esperanza. Se aluden a constantes amenazas del mundo occidental, incluidas sus religiones, a la forma de vida musulmana y a sus sagradas escrituras. Además, prometen el paraíso a todos La violencia con la que actúan los yihadistas no está legitimada en el Corán aquellos que caigan en combate. Primero. De acuerdo con el Corán, difícilmente podrán obtener el paraíso aquellos que están cometiendo atrocidades en nombre de Alá. Su alma estará manchada de innumerables faltas que no les permitirán si quiera llegar al primer nivel de los siete del paraíso. Todos los asesinatos, violaciones, decapitaciones y demás atrocidades no son jalal (permitido), sino haram (pecado). Segundo. Daesh es un grupo que hasta que se ha podido financiar por sí mismo ha sido subvencionado por grupos wahabitas tildados por el resto del mundo musulmán como herejes. Sus fatuas tergiversan las fuentes del Islam para obtener beneficios políticos. Tercero. Al igual que las nuevas tecnologías son utilizadas como medio para expandir propaganda religiosa con poco rigor, también pueden ser utilizadas para contrastar información. Con una lectura del Corán, con una interpretación amable y actual, se puede llegar a la conclusión de que Daesh ha manipulado y malvendido las Sagradas Escrituras («Los siervos del compasivo son los que van por la tierra humildemente y que, cuando los ignorantes les dirigen la palabra dicen: paz», 25:63).L La edición del Corán utilizada en este artículo es de la editorial HERDER. para generar miedo en la población ya que nadie sabe ni quién ni cuándo puede hacer estallar un explosivo, si bien su uso es discutible para obtener resultados tácticos importantes. Se han emitido multitud de fatuas (edictos de los ulemas) abogando por este método de terrorismo y prometiendo al suicida un pase directo al paraíso donde se encontrará con huries (las vírgenes que habitan en el paraíso) que le satisfarán todos sus deseos. Muchos ulemas han visto en la aleya 4:29 una referencia a la prohibición al suicidio ya que se indica: «... no os matéis…», sin embargo otros simplemente entienden que no se maten los musulmanes entre ellos. Lo que si deja muy claro el Corán es que Dios es el creador de todas las cosas terrenales y no terrenales, incluida la vida. La vida la da Dios y la debe quitar Dios, por lo que no es lícito que un hombre decida que lo que ha creado Dios está mal y debe desaparecer. Para conseguir que alguien se ate un cinturón de explosivos y reviente en mitad de un mercado ha de estar muy convencido de que en el más allá le esperarán 70 vírgenes dispuestas a complacerle. Es cierto que el guerrero de Dios debe de estar dispuesto a morir, lo que no significa hacerse matar a sí mismo, y que si muere, en el paraíso le esperarán muchas huríes (el número depende de quien interprete los Hadices). Sin embargo, no todo el mundo que empuña un arma es un guerrero de Dios; para ello se ha de estar convencido de lo que se hace y, lo más importante, estar limpio de falta y pecado. Un suicida ha cometido un gran pecado al deshacer algo que ha creado Dios. («Que no espere perdón quien sigue obrando mal hasta que en el artículo de la muerte dice: ahora me arrepiento… A estos les hemos preparado un castigo doloroso», 4:18). MANIOBRA WAHABITA Como se ha indicado, la violencia con la que actúan los grupos terroristas yihadistas no está legitimada en el Corán. El Islam no es una religión agresiva, sino que prefiere el perdón («Quien perdone y se reconcilie recibirá su recompensa de Dios», 42:40). Entonces, si el Islam es una religión que aunque no pone la otra mejilla no promulga la violencia, ¿por qué existen grupos terroristas que invaden las redes sociales con mensajes de odio y de exterminación al diferente? La respuesta es política. Está más que comprobado que los grupos terroristas sunitas eran financiados por los grupos wahabitas de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos con el único propósito de extender su influencia en la región. El wahabismo es una rama del sunismo más radical, nacida en Arabia Saudí, que apartado de las escuelas islámicas tradicionales promulga un odio extremo hacia lo cristiano y hacia lo chiíta. Una manifestación más de la eterna lucha contra el invasor de occidente —el cristiano— y la lucha entre lo árabe y lo persa —el chiíta—. Las campañas que tiene abiertas Daesh con el objetivo de implantar el califato son en territorios con mayorías chiítas, como son Irak y Siria. Los únicos ataques terroristas que Julio-Agosto 2015 Revista Española de Defensa 55


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