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EJERCITO DE TIERRA SEPTIEMBRE 2016

Firma del Tratado de la Alianza Atlántica en 1949 En efecto, el presidente de EEUU, Bush «padre », había sugerido en 1990 establecer una asociación estratégica con Rusia, magnífica iniciativa que, por desgracia, duró el tiempo en que, en 1991, se disolvió el Pacto de Varsovia y en 1992 se derrumbó la URSS. Precisamente, en ese año aparece la Directiva de Defensa de EEUU donde ni se menciona aquella iniciativa, sino más bien se aprovecha la oportunidad para consolidar un mundo unipolar con EEUU como gendarme global. Oportunidad perdida. Precisamente, la primera operación fuera del área de la OTAN se desarrolló poco después, en los Balcanes, en Bosnia en 1993. Ese fue un transcendental cambio estratégico para la Alianza, que suponía abrirse a los problemas de seguridad fuera de sus fronteras y también marcaba una nueva relación con una débil Rusia. Esa debilidad rusa supuso que en 1999 la Alianza bombardeara a las tropas serbias en Kosovo, sin autorización del CSNU, en una agresión no declarada a un país aliado de Rusia. Kosovo, origen histórico de Serbia y cabeza de la Iglesia ortodoxa serbia se hizo independiente, por la fuerza de los hechos y con mayoría musulmana. 16  REVISTA EJÉRCITO • N. 905 SEPTIEMBRE • 2016 Kosovo y Pandora empezaron a ser homónimos en el escenario internacional, lamentablemente. Sin embargo, el tiempo en el que la acomplejada Rusia estaba fuera de los asuntos globales termina en 2008, cuando Rusia busca su lugar como actor estratégico relevante y lo sigue haciendo en 2016. Georgia, Crimea, Ucrania, Siria, Irak son ejemplos claros de ello. Una vez más la geopolítica del poder regresa al escenario internacional y está generando un «estrés geopolítico » particularmente en Europa. En ese escenario creo que la Alianza debería redefinir su política considerando con cautela los errores cometidos en el pasado en algunos escenarios estratégicos, desde los Balcanes a Oriente Medio, pasando por el Magreb. La Alianza, en consecuencia, debe buscar una solución consensuada que dé soluciones al nuevo mapa geopolítico que está surgiendo en Oriente Medio, en particular en Siria e Irak. En ese contexto, la OTAN tiene que considerar a Rusia como actor estratégico principal y no continuar con su «percepción hostil». Creo que es hora de cambiar la visión aliada de Rusia basada principalmente en la de la Guerra Fría y


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