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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

JOSé IgNACIO gONZáLEZ-ALLER HIERRO les formol, los cuerpos fueron amortajados en sendos cois, lastrados convenientemente y amarrados entre sí. Una vez trasladados a la banda de estribor de la toldilla del crucero, serían colocados en un tablero y cubiertos por la bandera alemana, sobre la que se depositó un crucifijo. A partir de la salida del sol del día 31 fue dispuesta una guardia de honor, formada por un cabo de Infantería de Marina y cuatro marineros descubiertos y situados alrededor del túmulo. A las 10.00 del mismo día, navegando en demanda de La Coruña, se pusieron las banderas a media asta y formó la dotación franca de servicio mudada de blanco, con el comandante al frente y el barco parado. El capellán rezó un responso, tras el cual la guardia militar disparó una descarga de fusilería y la Banda de Música del Estado Mayor de la Escuadra interpretó el himno nacional alemán mientras se hacía bascular el tablero, deslizándose los cadáveres al agua en la situación 43º 46 N y 08º 34 O. Durante la ejecución del himno, la guardia militar presentó armas y la dotación permaneció brazo en alto. Seguidamente, el crucero completó una vuelta a estribor alrededor del lugar de fondeo de los cadáveres, con la marinería en posición de firmes. La ceremonia fue presenciada a distancia por un hidroavión alemán que apareció por el oeste y se dejó de ver por el noroeste (24). Emprendida de nuevo la navegación en demanda de La Coruña, el crucero quedó atracado a las 12.53 en el muelle de petroleo de este puerto. Tras rellenar combustible se trasladó a Ferrol, donde el 2 de junio, a las 10.24, fondeó en las proximidades del palo de señales de la cortina del parque del arsenal. Antes de llegar a La Coruña, a las 00.00 del 31 de mayo, se había recibido a bordo una felicitación del Mando «por nuevo servicio prestado a España». El 2 de junio, el ya citado capitán de navío Kurt Meyer-Döhner, agregado naval a la embajada de Alemania en Madrid, remitió al comandante del Canarias una carta muy expresiva en la que le agradecía la acción del crucero, que «quedará para siempre grabada en los corazones de todos los marinos alemanes». El 16 de junio, el mismo agregado naval enviaba también al capitán de navío González-Aller una fotografía del gran almirante Dr.h.c. Raeder, en marco de plata y con cordial dedicatoria firmada por él personalmente. Meyer-Döhner añadía en la carta que acompañaba al retrato: «El jefe de la Marina de Guerra alemana quiere expresar con este regalo su gratitud personal al comandante del valeroso crucero Canarias y a la tripulación del buque a sus órdenes. El gran almirante me encargó además trasmitirle a Vd. sus saludos particulares que le envía en admiración del arrojo y de la disposición comprobada en la salida del Canarias» (25). A su vez, el 6 de junio, Raeder despachó una carta muy amable al almirante Salvador Moreno Fernández, ministro de Marina español, en agradecimiento por haber ordenado la salida del Canarias en auxilio de los náufragos del (24) ADA, anexo f. (25) AGA. 68 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 124


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