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LA LEGION 520

DISCURSO DEL GENERAL LEZA BENITO EN EL XCII ANIVERSARIO DE LA LEGIÓN Quiero en primer lugar agradecer, la presidencia de este acto, al teniente general Medina, jefe de la Fuerza Terrestre. Agradecer también la asistencia de las hermandades legionarias, la de nuestras queridas cofradías y la de los amigos que nos acompañan y arropan. Y como no, el más explícito reconocimiento a las autoridades civiles que ganando tiempo a su apretada agenda nos honran hoy con su presencia. Mi felicitación más entusiasta para D. Juan Abelló Gallo, nombrado Legionario de Honor, que tendrá siempre abiertas las puertas y los corazones de La Legión. Mi sincera felicitación también para todo el personal merecidamente condecorado. Su reconocimiento público representa una satisfacción para el que lo recibe, un estímulo para la unidad de la que forma parte y un ejemplo para todos. Mi gratitud y reconocimiento a las cofradías y hermandades por sus constantes apoyos a nuestros legionarios. Legionarios: La Legión finalizó en junio su misión en Afganistán. Su desarrollo perfecto. Su actuación, difícilmente mejorable. Ya sé que nadie lo dudaba, pero ha sido así y debo ser asertivo. Os expusisteis y aguantasteis el viento frío que arreciaba, allí donde no solo el cuerpo sino también el espíritu es necesario resguardar. Cinco meses a veces es mucho tiempo, y así esos padres postergaron ratos de infancia de aquí para serenar y liderar allí, donde también estos legionarios aparcaron el disfrute de su juventud para asumir responsabilidades, porque nada en la vida es juego cuando está en juego la vida. Y ahora todos nuestros legionarios están de vuelta. Todos han regresado y forman en frente de ustedes. Han dejado atrás gentes, paisajes, puestos, patrullas, combates. A partir de una perfecta preparación, desde la raza y siempre con inteligencia, han actuado con responsabilidad, seriedad, seguridad y madurez. Ellas, sus familias, se quedaron, con una herida en el mejor lado de su corazón. Atrás queda ahora la angustia, la lágrima contenida o la sonrisa forzada. Nos alegramos de tu recuperación, Iván Castro. Espíritu de Compañerismo. Legionarios os felicito, pero os recuerdo lo que nuestro Credo nos marca, Espíritu de Combate: “La Legión pedirá siempre, siempre, combatir sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años”. Por eso tendremos presente nuestro objetivo de ser siempre los primeros en disponibilidad y en operatividad, para constituir una herramienta eficaz, útil al gobierno, allí donde se nos precise. Y en esta vuelta a casa, nos encontramos con otra realidad. No con combates pero si con la diaria lucha contra las dificultades que la actual crisis económica nos presenta. Las crisis son siempre muy clarificadoras: nos permiten ver, nos revelan lo mejor y lo peor que tenemos y que nos rodea. Son, desde la siempre exigible ética y moralidad de las actuaciones, y su trasparencia, una oportunidad de mejorar. España, los españoles, estamos inmersos en una situación compleja que requiere de todos sacrificios para poder salir adelante. En el Ejército estamos acostumbrados a los sacrificios, nos han enseñado así. Es en las dificultades donde se muestra la valía de las personas y de las instituciones. En ningún caso las reducciones van a suponer desmoralización, más bien al contrario. Al igual que todos los españoles sufren la crisis, dentro de una justa correspondencia, asumimos las reducciones que sobre nuestros recursos se nos realizan, aportando todo lo que esté en nuestra mano para con el resto de los españoles superar las presentes dificultades y recuperar la ilusión y el brío que siempre nos ha caracterizado. Por eso, ya de vuelta a nuestros puestos en las unidades legionarias, queda mucho por hacer. La situación demanda un esfuerzo añadido. Debemos alcanzar y mantener nuestros altos niveles de operatividad y de disponibilidad de siempre con unos créditos más ajustados. Esa es la misión hoy, y en su cumplimiento nos empeñaremos todos como un solo hombre. Tenemos lo mejor en el recurso más importante, el humano. Disponemos de los mejores lugares e instalaciones de adiestramiento. Mantenemos mejor que nunca el material. Innovamos procedimientos y alternativas. Buscamos la máxima eficiencia en el empleo de cada euro. No hay miedo al cambio y seremos tenaces y proactivos. Cumpliremos una vez más, todos a una. El fuego está ahora aquí, y como nos marca nuestro Credo, aquí acudirá La Legión entera. Legionarios, no tenemos la menor intención de marchar detrás de nadie. Tenéis que mantener en alto el pabellón de una gran tradición, una tradición de honor y de valor; tradición merecidamente ganada, antes en el campo de batalla, hoy en las zonas de conflicto y siempre en la entrega al cumplimiento del deber. Buscar cada día una nueva oportunidad de demostrar que sois los mejores patriotas. Y vehementemente os pido que no cambiéis, mantened el espíritu que os ha guiado en Afganistán y siempre. Ahora mismo sois modelo, continuad siendo ejemplares. No os rindáis a lo cotidiano, a la vulgaridad, seguid con esa línea, con ese interior tan especial. No cambiéis. Por encima de toda opinión creed en vosotros y dejadnos que también lo hagamos los demás. Seguid siendo legionarios.


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