LOS >> Actividades ZAPADORES DE LA LEGIÓN EN MÁLAGA Capitán D. Victor Mariño Mateos A pesar de que han pasado los días y las semanas desde el pasado 17 de abril, los sentimientos y las emociones vividos por los legionarios que desfi lamos el Jueves Santo en Málaga, siguen presentes y recordamos ese día con gran emoción. Para los ingenieros el 17 de abril es una fecha inolvidable ya que dicho día, en el año 1711, se creó su arma y 303 años después, el 17 de abril de 2014, pasará a ser una fecha inolvidable para los zapadores de La Legión por tener el honor de acompañar al Cristo de la Buena Muerte en su desfi le procesional por la ciudad de Málaga. La motivación y los sentimientos eran ya enormes desde el momento en que se comunicó que sería la Bandera de Zapadores la que procesionaria el Jueves Santo, pero se vieron incrementados si cabe, al saber que a los pies del Cristo reposarían tres gorrillos en homenaje a nuestros compañeros fallecidos en acto de servicio el pasado 20 de mayo de 2013. Describir lo vivido ese día es complicado al tratarse de un día cargado de emociones, sentimientos, imágenes y de grandes momentos que quedaran grabados en todos los que desfi lamos ese día. Entrar en el puerto y ver que el “Contramaestre Casado” se encuentra rodeado de pequeños barcos que lo acompañan mientras se sitúa para atracar; mirar al horizonte de los muelles 1 y 2 y comprobar que están repletos de gente desfi lar por las calles de la ciudad con miles de personas acompañándonos y participando con nosotros en la entronización del Cristo; ver las caras de los niños observando ilusionados todo lo que hacemos y a sus padres cantando “El Novio de la Muerte”, hacen que te sientas orgulloso de haber sido partícipe de estos momentos sobrecogedores. Por la tarde se inicia el desfi le procesional y todos los sentimientos afl oran desde el inicio de la procesión, pero se incrementan cuando se entra en una solemne calle Larios, que se encuentra tenuemente iluminada y en un silencio respetuoso solo roto cuando se entona, por parte de los legionarios y todo el personal que observa el paso de la procesión “El Novio de la Muerte”. Un ambiente distinto, pero también indescriptible, se vive al paso por calle Carretería, en el que se cambia el silencio por numerosos vítores y aplausos a los legionarios, pero se mantiene el ímpetu con el que la gente entona nuestro himno, acompañando así al Cristo de la Buena Muerte y a los legionarios. Es difícil encontrar una muestra más palpable de la comunión que existe entre el pueblo español y su ejército que la que existe, año tras año, el Jueves Santo entre el pueblo de Málaga y La Legión. Esta comunión, además de ser una gran responsabilidad, hace que todos y cada uno de esos momentos se vivan con pasión y emoción contenida y que sin duda alguna quedaran grabados en nuestra memoria para siempre. 34 527 · II-2014
LA LEGION 527
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