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LA LEGION 527

>> Entrevista Actividades ENTREVISTA A UN VETERANO: CABO C.L. D. MANUEL MARQUEZ PAVÓN AGM A pesar de residir en Málaga y de tener 94 años, estamos acostumbrados a encontrarlo en los actos que se realizan en la BRILEG. Siempre cordial, se sienta en el lugar que le tenemos reservado para que pueda presenciar la formación con comodidad y deja vagar su mente retrocediendo hasta quien sabe cuándo. En la cuarta revista del año 2013 publicamos unas fotografías suyas y unas notas que nos escribió. Hoy, la revista LA LEGIÓN se entrevista con él, intentando conocerlo un poco más. Veterano de la VII Bandera, unidad a la que permanece vinculado, D. Manuel Marquez Pavón tenía 17 años cuando comenzó a luchar en la Guerra Civil, en ella permaneció en campaña desde 1936 hasta el fi nal, en 1939. Nos recibe en su domicilio de Málaga, junto al cauce del río. Un poco antes de la iglesia de Santo Domingo. Como siempre, entusiasmado cuando se trata de hablar de La Legión, de su Bandera “Valenzuela”, de aquellos tiempos… ‡¿ Qué edad tenía cuando ingresó en La Legión? Me presenté ante el sargento del Banderín de Enganche y no esperó a que yo le contestara. Me dijo: “Tú tienes dieciocho años verdad”. Yo respondí: “Sí mi sargento”. Y añade: Entonces tenía diecisiete. •¿Dónde se encontraba el Banderín de enganche? En Sevilla •¿De qué fecha hablamos? En febrero del treinta y siete. •¿Usted es malagueño? Antequerano. •¿A qué se dedicaba antes de todo esto? Estaba estudiando Bachiller y trabajaba a ratos en una ofi cina. •¿Cómo un antequerano de diecisiete años fue a parar a Sevilla? En 1936 tenía dieciséis años. Era muy deportista. Estaba siempre con la bicicleta de carreras. Antequera estaba en la zona gubernativa y cuando el 12 de agosto entró el comandante Castejón con La Legión y un Grupo de Regulares, mi padre, que era amigo de un capitán retirado llamado Casado me llamó y me dijo: “Casado me ha dicho que te van a requisar la bicicleta”. ¡Cómo estaba el ejército, que requisaban hasta las bicicletas! Yo le contesté: “Papá, donde vaya la bicicleta voy yo”. El capitán Casado, que entonces estaba en lo que se llamaba Batallón de Voluntarios Milicias Nacionales, que mandaba el comandante Jiménez, retirado de La Legión, le dijo a mi padre: Dile a Manolo que se venga conmigo de enlace. Entonces aprendí la instrucción legionaria. Me vi en el frente de Antequera y como no había móviles, el móvil era yo. Pasaba papelitos de un lugar a otro montado en mi bicicleta. Allí escuché el primer silbido de bala y aprendí que la que silva no mata, es amiga. Desde entonces ya no me agachaba. Después participé en la toma de Málaga, aunque no llegamos a entrar en la ciudad. Nos quedamos en la sierra por la zona de Almogía. De ahí a Peñarroya, en Córdoba, a Pueblonuevo. Allí vi morir a mis mejores amigos. •Todavía no estaba en La Legión entiendo. En efecto, todavía no. Mi padre viendo que aquello quedaba muy largo me reclamó por ser menor de edad y la Guardia Civil fue a por mí y me hizo regresar a Antequera. Los amigos con el cachondeo, ya se sabe... Entonces decidí irme a La Legión. Los convencí y nos fuimos al Banderín de Enganche de Sevilla y de allí a Talavera de la Reina. •¿Cuánto duraba la instrucción que se realizaba en Talavera? Diez o quince días, dependiendo de la ocasión. •¿En qué consistía? Orden cerrado, manejar la “escopeta” y algún ejercicio de tiro. Allí haciendo instrucción, el brigada al ver la energía con que yo realizaba los ejercicios me llamó: “Peque ven aquí. Tú de dónde vienes. ¿ Has estado en La Legión? ¡Qué puñetas haces aquí con los quintos!” De allí pasamos a Zaragoza. La misma escena. El cabo instructor me puso de modelo para que aprendieran los quintos y nos hicimos amigos. Para un recién llegado ser amigo del cabo instructor era un privilegio. Un día me dijo: “Manolo me he enterado que te van a destinar a la VII Bandera. Cámbiame el capote”. Yo le contesté: “El suyo está viejo y el mío es nuevo”. Su 48 527 · II-2014


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